Fernando Alonso quiere más sitio en la historia del motor

Se escuchan gritos, ánimos, una palabra conocida que lo significa todo para el deporte del motor en España. “Alonso, Alonsoooo”. A pocos metros del cruce de la calle Maryland con Pennsylvania llegan los tres coches de la segunda fila de la parrilla. En el Camaro descapotable del centro, con su novia Linda Morselli al lado y una sonrisa infinita, Fernando Alonso. “Viva Asturias, viva España y viva la madre que te parió”, dice Mario justo detrás de mí. El asturiano fue, junto a una delegación del ejercito que luchó en Iraq, lo más aclamado del desfile por la calles de Indianápolis previo a la celebración de las 500 Millas, la edición 101ª de una carrera de leyenda. Una carrera que será distinta ya para siempre porque los españoles tenemos a dos pilotos, un magnífico Oriol Serviá que vivía el desfile con el entusiasmo del primero, y al doble campeón del mundo de F1 que busca hacer historia, asombrar al mundo con su reto imposible.

Será a eso de las 18:20 hora española cuando comenzará la prueba en una salida lanzada en filas de tres, pero antes, a las 12:14, hora de Indianápolis, se habrán escuchado las palabras mágicas. “Drivers, Start Your Engines”. A las 12:21 horas los pilotos empezarán a buscar su sueño de ser inmortales la jornada anterior al Día de los Caídos en EE UU. Alonso terminó en la primera posición su primera práctica, con veteranos y noveles, y quiere terminar en la primera plaza en su última visita al óvalo este año. No lo va a tener fácil. Dixon sale desde la pole, Fernando quinto y sobre ese puesto ha estado en casi todos los ensayos. Está con muchas ganas y dispuesto a hacer historia. El último campeón del mundo en ganar aquí fue Emerson Fittipaldi, porque Jacques Villeneuve ganó F1 después de Indy. Alonso quiere emular, sobre todo, a Jim Clark, que también tuvo que dejar Mónaco para ganar Indianápolis. Son muchos los que en el paddock de la F1 comparan a español y británico. Todo antes del sueño de la Triple Corona. Dice Damon Hill, que su padre Graham, anima desde el cielo al español. De momento, un día antes ya emociona entre gritos, desfiles y vivas…

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