El mundo miraba la media sonrisa que se adivinaba entre la barba, ya ícono de una leyenda. Y sorprendía. Pero… “No estoy del todo contento, he ido al noventa por ciento, pude hacerlo mejor”, decía Fernando Alonso al terminar su calificación. Pero para llegar ahí debió pasar mucho. “Una buena tormenta”. Desde Indianápolis las noticias hablaban de lluvia fuerte, de viento extremo, de temporal. Había reunión tras reunión, se pensaba en dejar la primera sesión clasificatoria para este domingo, se esperaba más lluvia y mientras los pilotos intentaban parecerse al forastero en el rodeo, facebook live, instagram, mensajes de twitter…
Pero el nuevo, el de la F-1 seguía siendo protagonista, le valió a Alonso con poner un vídeo con Flavio Briatore, aquel de los éxitos de otra vida, el de ‘bravo Fernando’, el del Renault azul y amarillo de los títulos. “Parece que no hay otro corredor aquí que él”, decía Graham Rahal, piloto experimentado de la Indycar hace un par de días. Y no es para tanto la cosa, pero… lo que está haciendo el asturiano en su debut en las 500 Millas de Indianápolis es de fenómeno. Después de la tormenta salió el sol en el circuito de Indiana y comenzaron a salir los pilotos después del secado. Aparecieron genios de este deporte, Rahal, Montoya, Hunter-Reay, Castroneves, Kanaan… y Alonso.
Comenzaba lo serio de verdad para el bicampeón del mundo de F-1, el líder de McLaren que huyendo de la tristeza de su equipo en su campeonato intentaba el reto del ovalo más importante del planeta. Primera vuelta, volaba a 230,337 millas por hora, en la segunda bajaba ligeramente a las 230,260 y al terminar su intento se puso tercero solo por detrás de Dixon y Power, con una media en las cuatro vueltas de 230,034 millas/hora (370,204 kilómetros por hora). Impresionante para un tío que ha subido cuatro días a estos coches y en este óvalo.
Justo tras él salió Bourdais, estaba volando hasta que sufrió un terrible accidente a más de 370 km/h. El coche se le fue de atrás, intentó corregir la trayectoria y fue directo contra el muro. El monoplaza se puso boca abajo y el francés fue trasladado en ambulancia a un hospital. Tras un momento de tremendo susto llegaron noticias más tranquilizadoras para el que fuera piloto de Toro Rosso en F1. Y volvieron los pilotos a pista. Turno para Rossi, ganador del año pasado, Andretti, Sato, Carpenter… Y Oriol Serviá que dio una gran primera vuelta, pero perdió el ritmo y quedó retrasado en la clasificación, 24º. Finalmente pasaron todos y Alonso terminó 7º entrando en el privilegiado club que batallará por la pole de la edición 101ª de la Indy 500. Hoy más emoción en un deporte de locos. Bendita locura.