Crecida del río Ozama desplaza decenas de familias en Los Guandules

SANTO DOMINGO. Doña María Solís Peña no duerme desde las tres de la mañana de este martes y el dolor de cadera tampoco la deja tranquila desde que el río Ozama comenzó a “echarla” de su casita cerca del callejón Santa Filomena de Los Guandules.

Es que desde entrada la madrugada ella y decenas de familias han tenido que abandonar sus casas y la mayoría de los ajuares porque el Ozama busca su espacio y a medida que avanzan las horas lo hace con mayor intensidad.

Cuenta doña María, una señora de unos 70 años, que un perrito que tenia y dos gallinas se ahogaron al ser sorprendida por el río, mientras dormía con los pequeños que está criando.

“Yo estaba dormida y me siento la nalga mojada y digo yo: ¡Ay, Dios, será la niña que se ha orinado y me tiré y el agua me daba por la cintura tengo todo eso ahí acalambrado, tengo eso que no lo aguanto del dolor al estar arropadita y de repente me mojo”, dice.

Marianny Vicente está desde las 4:00 de la madrugada con “los trastes a la cabeza” y con sus dos niños “colgados para arriba y para abajo” como dice. La cama está empapada y sacó algunos de sus ajuares.

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