«Hoy con la mayor humildad les informo que no estaré presente a la parrilla de salida de la F1 para 2016, gracias por todos sus mensajes de apoyo, pasión y preocupación hacia mi futuro. Me siento muy honrado con el apoyo de todos ustedes y orgulloso de mi desempeño profesional. Ratifico mi sentimiento de agradecimiento a Dios, a mi familia, a mis patrocinadores, a mis amigos, mis fans y a todos los que han ayudado a materializar este gran sueño de haber podido representar a Venezuela hasta la máxima categoría del automovilismo. Hasta pronto!». Así zanjaba Pastor Maldonado seis temporadas de Fórmula 1 en las que disputó 95 grandes premios entre Williams y Lotus.
El venezolano, uno de los 106 que ha ganado una carrera de F-1 en la historia, vivió un fin de semana mágico en el GP de España de 2012 con la pole y la victoria, pero decía adiós con 30 años y no ha vuelto a ponerse al volante de un monoplaza en ningún campeonato. En su llegada influyó de forma determinante los 35 millones de euros anuales que aportaba PDVSA (empresa estatal que explota, produce, refina, negocia, vende y transporta el petróleo de Venezuela) y en su salida… también. Los impagos a Renault le entregaron el asiento al danés Kevin Magnussen.
Desde entonces, el nombre de Maldonado ha aparecido relacionado a todas las posibles vacantes de Fórmula 1, Indycar, WEC, Fórmula E… pero ninguno se acaba de concretar y el piloto de Maracay sigue a la espera. De momento, Pirelli le dio la oportunidad de ser el encargado de tomar datos para los neumáticos 2017 de F-1, al volante de un GP2, en los test de la pasada temporada y ese es el último coche de carreras que ha pilotado. ¿Volveremos pronto a ver competir a Maldonado?