SANTO DOMINGO ESTE. David Castillo es un salvadoreño de 13 años con nociones de primeros auxilios, nudos y vendajes. Lo aprendió en el Club de Conquistadores, un movimiento juvenil de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, del que más de 12 mil miembros ocupan esta semana el Parque Mirador del Este por un campamento internacional.
Lo llaman Camporee y el país acoge la cuarta versión de este tipo de evento, organizado por la División Interamericana de la Iglesia Adventista, que gestionó los permisos para el uso exclusivo del Parque para el encuentro. Según Andrés Liberato, director municipal de Deportes con asiento en Santo Domingo Este, la Iglesia gastó unos RD$7 millones para readecuar las instalaciones, que incluyen pabellones deportivos.
¿Por qué el empeño en esta actividad? El pastor Israel Leito, presidente de la Iglesia Adventista para la División Interamericana, entiende que los jóvenes están amenazados por el desempleo y la delincuencia y hay que ayudarlos a prepararse para el futuro en un mundo en el que las tendencias sociales y políticas han cambiado.
“Creo en el joven, y creo que en el ambiente adecuado, con las circunstancias adecuadas, se disminuye grandemente esa tendencia de delincuencia. Eso no quita que la naturaleza del hombre, sin la presencia de Cristo en su corazón, es siempre tendiendo al mal, como dice la Biblia”, dijo.
Durante el Camporee, titulado Linaje de Campeones, la Iglesia agota un programa que incluye actividades desde el 11 al 16 de este mes. Comprende talleres, especialidades, marchas sincronizadas, intercambio de botones, el estudio del personaje bíblico Rut e, inclusive, servicio a la comunidad. Para esto último se han distribuido materiales para la reconstrucción de viviendas en Los Tres Ojos y otros barrios donde residen personas de escasos recursos.
Aunque hay quejas de personas que -por motivos de seguridad- han sido impedidas de entrar al Parque a ejercitarse, como acostumbran, Liberato entiende que este evento favorece al país y a los usuarios del lugar de 616,771.50 metros cuadrados, que acogió los XIV Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003. “Se hicieron unos pozos filtrantes, ellos (la Iglesia) arreglaron algunas instalaciones deportivas y algunas luces… Por cada mata que ellos dañen van a sembrar diez”, afirmó.