SANTO DOMINGO. El patrullaje se ha incrementado en todo el Gran Santo Domingo en el primer día del inicio de manera oficial del asueto de Semana Santa, mientras que las actividades tradicionales de la fecha como el disfrute de las piscinas y los juegos de dominó se redujeron considerablemente en los barrios de la capital.
En el ínterin, el presidente Danilo Medina despacha tranquilamente en su oficina, en el Palacio Nacional.
El flujo de pasajeros en el interior del país también ha disminuido, según dijeron algunos choferes de autobuses. En la parada que conduce a Azua, el número de pasajeros era muy reducido y algunos culpan a la situación económica que se vive.
Solo en la parada del kilómetro nueve de la autopista Duarte el número de pasajeros era mayor, partiendo de que aquí concurren guaguas que van hacia la mayoría de los pueblos del interior del país, como son Sánchez Ramírez, La Vega, Santiago, Nagua, Samaná y San Francisco de Macorís, entre otros.
En el municipio de Santo Domingo Este, el cabildo de aquí habilitó desde ayer un espacio de casi dos kilómetros en dirección oeste-este, en la avenida España, para los servicios religiosos de la semana.
Muy cerca del Acuario Nacional fue instalada una gran tarima desde donde representantes de la iglesia católica llevarán el mensaje de la palabra de Dios, mientras un amplio dispositivo policial dirigido por el general Neivis Pérez Sánchez, vigila celosamente toda la zona.
Retenes se observan en toda la capital. Hasta agentes de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET) han formado sus propios retenes, detienen motociclistas y gente con “perfil sospechoso”.
En los peajes, patrullas de la Dirección Central Antipandillas de la Policía Nacional entregan brochures con una campaña para instruir a los padres a educar en valores a sus hijos y evitar que tomen alcohol a temprana edad.
En tanto, muchos prefirieron quedarse para “reflexionar” en este tiempo, como dijo la señora Matilde Soto, quien además hizo un llamado para que la gente piense más en Dios y se olvide del alcohol y la droga, cuyos resultados son la perdición de la juventud.