SANTO DOMINGO. Monseñor Masalles era todavía el padre Masalles cuando se inventó el “Yo Me Quedo”, eslogan/movimiento con el que invitaba a los católicos a celebrar una Semana Santa en su sentido plenamente religioso. El carnaval caía en plena Cuaresma, los paquetes hoteleros se agotaban y la Semana Santa definitivamente era la temporada de playa oficial. Funcionó. Si lo hubiera patentado hoy, estaría obligado a ponerle un # delante…
La Semana Santa de 2017 lo encuentra en Baní, ya como Obispo, y lejos queda aquel sacerdote joven que pasó sus primeros cinco años de “profesión” en Capotillo, en la calle Respaldo 8 No. 26 de El Caliche. Después pasaría ocho años en Roma. Se le tiene como el portavoz de la postura de la Iglesia Católica ante temas tan espinosos como el aborto y la ideología de género (“que no es la ideología feminista”, aclara) aunque confiesa que es más por obligación que por afición al conflicto.
¿Qué espera de esta Semana Santa? ¿Cómo la está preparando?
Particularmente yo… en Baní. Por años trabajé en una zona acomodada donde la costumbre es salir de vacaciones, coger un avión. Por eso, desarrollé una estrategia que pegó mucho: “Yo me quedo”. Llega a 25 parroquias… ¡hasta a México! De hecho la capital queda vacía. Ahora la pregunta es ¿en Baní yo me quedo? ¿quién es que se va? Nadie se va. Yo espero captar la atención de muchos jóvenes, porque los jóvenes –por lo menos en el mismo Baní- no tienen la costumbre de ir a la iglesia, a misa y menos en Semana Santa.
¿Centra su trabajo en recuperar la presencia de la juventud en la iglesia?
Me preocupa mucho la juventud y a nivel sacerdotal, el seminario menor y los jóvenes. Es que si la Iglesia no llega a los jóvenes, va a tener problemas. Ya los tiene. No hablamos de una empresa que tiene que buscar mil empleados y los consigue. Ni los sacerdotes, ni los seminaristas ni los jóvenes son un “material disponible” de un momento a otro.
Si el Papa Francisco ha generado un cambio en la Iglesia… ¿cuál sería?
Al menos visiblemente, ha mostrado una Iglesia más cercana. Eso ha sido un boom, ¡lo esperaba tanto la gente! Porque si bien es cierto que el Papa Juan Pablo II llegaba a los jóvenes y a las multitudes, les llegaba como orador y con gestos, pero no eran gestos cercanos. Los de Francisco ya son notables.
Después ha comenzado a reorganizar los dicasterios… Está tratando de eliminar una parte de la burocracia –no se puede eliminar todo-. Otro de los aportes es el saneamiento económico, porque había cuentas que independientemente de que no fuesen utilizadas para lavar activos, se prestaban a eso y no respondían a los estándares europeos del control, el manejo, la transparencia.
Después… si la Iglesia ha tenido un cambio revolucionario, real y efectivo, no estoy seguro de que lo haya hecho, pero sí notables cambios.