“Es extraño no ver otros tenistas con España”, dijo Novak Djokovic en la víspera de la eliminatoria de la Copa Davis. La frase no es de cualquiera, sino de uno de los mejores de la historia. Y también uno de los más comprometidos con una competición muy zarandeada en los últimos tiempos. He chequeado las alineaciones de los ocho países que disputarán desde hoy los cuartos, para comprobar si realmente es tan extraño. Y, sí: Nole lleva razón. España (sin Nadal y Bautista) y Francia (sin Tsonga y Monfils) son los únicos equipos que carecen de sus dos primeras raquetas en la lista ATP. Nuestro rival, Serbia, sí comparece con los dos mejores: Djokovic y Troicki. Igual que Bélgica (Goffin y Darcis) y Estados Unidos (Sock e Isner). Italia, Australia y Gran Bretaña alinearán a uno de ellos.
Pablo Carreño (19ª en la ATP) y Albert Ramos (24º) son actualmente los números 3 y 4 del tenis estatal. Así que nadie debe ofenderse si aseguramos que España acude a Belgrado con el equipo B. Incluso así, si tiramos de matemáticas, la Selección tendrá ciertas opciones, porque ambos están mejor situados que Troicki (39º). Aunque, claro: el deporte no son matemáticas y Djokovic es mucho Djokovic, incluso en baja forma. Nadal, a sus 30 años, no ha querido arriesgar su magullado físico en la transición de la pista rápida a la tierra batida, donde se juega mucho. Podemos entenderle, pero con Nole al otro lado de la pista, sólo él tiene la calidad suficiente para haber dado un paso al frente. La historia se repite. Ya han pasado cinco años de la última final y seis de la Ensaladera. La Edad de Oro es un recuerdo.