Carreño y Ramos persiguen la hazaña en casa de Djokovic

Esta vez, el favorito es otro. Así que España saldrá este viernes sin la presión aplastante de unos cuartos de final de Copa Davis encima (pase lo que pase, seguirá en 2018 en el Grupo Mundial) ante la Serbia de Novak Djokovic en la vetusta Sala Pionir de Belgrado. El sorteo deparó que a las 15:00 (TDP) abra la serie Albert Ramos contra Djokovic, y a continuación Pablo Carreño frente a Viktor Troicki. Los dos mejores de los disponibles. El ganador optaría a una plaza en la final ante el superviviente del Francia-Gran Bretaña. 

Pero seguir vivos sería una sorpresa. «Una hazaña», en descripción de Carreño, líder de España con sólo dos eliminatorias, curtido en Croacia, donde certificó la remontada en el quinto punto y recién estrenado en el top-20 (19º) con 25 años. Sería el único que seguiría en la Selección de no haber renunciado Rafa Nadal (para preparar la tierra) y Roberto Bautista (molestias abdominales). Sin la red que proporcionan ellos, Conchita Martínez se encontró con una catarata de negativas (y la caída de Marcel Granollers con una fútil justificación ya metido en la lista) que desembocó en el reclutamiento del 245º, Jaume Munar. Sin contar al gijonés y al barcelonés, tenía a 16 por delante.

“Está claro que no es el mejor equipo posible de España, pero es un buen equipo. Su fortaleza está en que tiene diez jugadores para rotar. Carreño es 19º del mundo y Ramos, el 24º. También hay que mirar el ránking… Pero es extraño no ver otros jugadores. En cualquier caso, son peligrosos en todas las superficies. Sobre todo Carreño, que está jugando muy agresivo, como lo demuestra su semifinal en Indian Wells. Aunque alguno diga que es el tercer equipo de España, no demos nada por supuesto. Ya sabemos cómo es la Davis”, hurgó en la herida Djokovic.

“Para mí no es un marrón, sino una oportunidad”, rebate Ramos, que va 0-2 con el serbio, quien no jugó en Miami tocado en el codo derecho. “Novak estará más verde, no sabemos cómo le puede afectar. Y Albert, más rodado”, confía Conchita, que, aunque nominó para el dobles a Marc López y Munar, tirará, seguro, de Carreño.

“Para venir a la Davis, ayuda más tener 25 años que los 35 de otros compañeros”, exculpa el asturiano, formado con una beca federativa. Y que sabe que esta competición da mucho. “Mediáticamente, todo el mundo sigue la Davis. Se emite en abierto y la ve gente a la que no le gusta el tenis. Feliciano o Verdasco, alcanzaron mucha fama por la final de Mar del Plata. Pero hay veces que se te viene encima la presión y no es fácil”, remacha. En Belgrado, esa presión es para Serbia.

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