Por Leonardo Sánchez
El término verdad se usa informalmente para significar la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica y matemáticas o la filosofía.
El uso de la palabra verdad abarca asimismo la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general; también el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular; y, finalmente, la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del Todo, el Universo.
Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen. -Wikipedia-
Cuando el poder siente que sus hechos pueden ser cuestionados, se sacude y muestra su fuerza como una disuasión para aquellos que de algún modo piensen en ponerlo en evidencia.
Los abuelos le llamaban “sugestión pantera” a la actitud desafiante del poder, o un representante, que amenaza con grandilocuencia para evitar que alguien se atreva a decir lo que todos saben, pero que el poder necesita que no se investigue y que se siga callando.
Porque parecería que el poder prefiere ponerse a sí mismo en evidencia como está ocurriendo en estos tiempos en la lucha por sacudirse del lío de ropa sucia que no acaba de llevar a lavar al río.
Prefiere amenazar a bulto, antes que llevar a lavar sus trapos sucios donde no pudieron lavar los trapos cagados del poder saliente sin darse cuenta que así, todos quedan embarrados.
Y no se preocupa en guardar las formas más elementales, porque puede amenazar de muchas maneras y quedarse tan campante como el que recibe a cualquiera de los peregrinos que traen cartas a palacio y no consiguen nada.
El poder “saca pecho” también, para que todos vean que es fuerte y que, el que es fuerte puede usar esa fuerza para reprimir, aunque no tenga la razón.
Puede usar la fuerza, también para ocultar evidencias que lo hacen parecer culpable de algo de lo que es totalmente consiente, pero que necesita ocultar todavía más.
Principalmente, ahora usa su fuerza para negar, desmentir, rechazar hechos que lo señalan directamente, para seguir mintiendo “como el que no quiere la cosa” sabiendo que son muchos los que saben lo que no quiere que se sepa y se hable, pero que todos saben.
Y tal poder, también usa esa fuerza para distraer con otros hechos que tengan potencial de distraer la atención de los interesados en saber la verdad sobre los pecados del poder. Y tiene muchos medios para tratar de distraer la atención, incluyendo el bocinerío vocinglero que defiende la corrupción abiertamente para defender el poder.
Olvidando los que eso hacen, la propiedad asociativa de la lógica matemática que es, a su vez, un axioma filosófico.
Y diría asociativamente: Si una cosa es igual a una segunda, y la segunda es igual a una tercera, entonces la primera y tercera son iguales.
También puede, el poderoso poder, ralentizar los procesos investigativos dejando de actuar en la dirección que señalan los hechos, que son indiscutidos, pero que se pretenden seguir ocultando para evitar que el agua alcance sus pies de barro.
Porque así se gana tiempo y con el tiempo, olvido e impunidad para no tener que nadar en el barro.
Además, el poder puede mentir alegando que no sabe lo que todo el mundo sabe que sabe hace tiempo, desde el momento que recibió el gran beneficio de lo que niega haber recibido. Aunque otros lo hayan recibido por él, para poder negarlo, aunque no niegue los beneficios evidentes que lo han hecho ser el poder.
También, puede hacer que sus aliados salgan a decir lo que todo el mundo sabe que el poder sabe y que alega no saber, para socializar la verdad ocultada mintiendo.
Para quitar importancia, porque “eso ya lo dijo fulano” y, como “lo dijo fulano”, ya no tiene que ser investigado en su enorme gravedad.
¡Porque el que nada en el lodo no es un solo individuo!
Porque el poder no es un ente singular, aunque un individuo lo encabece y dirija en beneficio de su grey, porque entienden que el poder real yace en el grupo reunido en un comité decisivo.
Así, el poder tiene muchas caras y tantas opiniones como sea necesario cuando haya que buscar a un caradura que se atreva a admitir todo lo negado, o a un payaso que se ría de sí mismo o un pontífice que salga a dictar lecciones de moral escondiendo la cola quemada de un dragón apagado a fuerza de papeletas.
Y ahora tratan de asumir la culpa en grupo buscando evitar el enjuiciamiento de la actual cabeza principal, pensando en que nadie se va a atrever a someter a todo un comité político, ¡el sanedrín no electo que se está comiendo el país!
Por eso Felucho Jiménez hace saber, como una confesión colectiva, que todos sabían sobre las sobrevaluaciones de Odebrecht ¡y lo que se hizo con ellas!
Porque algún poder hizo uso del método Bautista de sobrevaluación de obras por medio de las adendas que tantas sospechas levantan por la doble aprobación congresual necesaria para los contratos-leyes.
Y entre llamaradas, uno de los dragones le responde ¡y tú más!
Por eso también, Reynaldo Pared Pérez se hace él llamar por el procurador, porque era, y sigue siendo notorio, que este funcionario y varios más no hubieran sido llamados para investigación; ¡con todo y lo tibios que son los interrogatorios!
Habían guardado hermético silencio. ¿Por qué ahora se quieren poner “adelante”?
Saben muy bien lo que se ha dicho y probado en Brasil sobre las financiaciones de campañas electorales en nuestros países. ¡Y saben muy bien lo que viene!
Por eso huyen de la verdad que los puede dejar desnudos en medio del salón, mientras todos bailan la música carioca negando haber tomado de esa caipiriña.
No dicen la verdad y no quieren que otros la digan, porque quieren seguir tomando el rábano por las hojas. ¡Pero no se les ocurre comerse las hojas!
Y todo es por defender la continuidad del partido al frente del estado más allá del 2020. Aunque si se hiciera justicia destituyendo al actual mandatario, todo quedaría entre ellos, incluyendo cualquier sanción al ejecutivo y sus allegados embarrados en la financiación ilegal que él niega haber recibido.
Porque, ante lo señalado desde Brasil sobre financiación, ¡“algún fui fue”! Igual que otro fui fue que recibió los sobornos.
Es una estructura compuesta por 35 individuos, que no han sido electos según las leyes, tienen más de 20 años decidiendo los destinos del país, y no solo de su partido, que tolera su dictadura con muy pocas manifestaciones de descontento.
¡Por la fuerza de las jugosas compensaciones que se reparten del botín presupuestario nacional!
¡Y todos comen de la picanha!
Pero ese sujeto plural, que se hace a sí mismo sujeto de acusación por prevaricación colectiva, es el verdadero poder. Y olvidan que todo es hasta un día; porque “um dia pendurar branco”.