La relación de McLaren y Honda no pasa por su mejor momento. Aunque los resultados de 2015 y 2016 no fueron todo lo buenos que esperaban, ambas empresas se habían mantenido unidas en la adversidad. Sin embargo en esa relación ya han surgido fisuras y los ataques de McLaren a su proveedor de motores se está convirtiendo en algo habitual. «Sólo necesitan una cosa, que es comprender e integrarse en la cultura de la F1. Lo que quiero decir con esto es que la forma en que nos comportamos en las carreras y en la F1 está conducida por un calendario, por algunos objetivos y fechas fijas, ganancias de tiempo por vuelta, siempre tratamos de encontrar la mejor solución lo más rápido posible», afirmó Eric Boullier a ‘Autosport’.
El director deportivo de McLaren mete prisa a Honda y se queja de la pasividad de los japoneses: «Cuando un fabricante de automóviles está preparando un proyecto, puede tener un par de semanas de retraso y no cambiaría el producto, no cambia el modelo de negocio. En las carreras, si no traes tu actualización para la primera carrera, en la primera carrera no llegarás a ninguna parte. Esa es la mentalidad de carrera, hay que ir a por los proveedores y asegurarse de que si tardan un mes en hacer algo, la próxima vez que tarden tres semanas y luego dos».
No es la primera vez que desde McLaren se quejan de la forma de trabajo tan encorsetada de Honda, pero nunca lo habían expresado con tanta claridad. Incluso la escudería de woking invirtió dinero en un taller propio de motores en Milton Keynes, pero su base principal sigue en Japón, con la consiguiente lentitud. «Valoramos más el tiempo ganado que el dinero gastado, este es un enfoque diferente al resto del mundo. Es por eso que Mercedes tiene su base en Inglaterra y supongo que se benefician de la cadena de suministro, de personas con experiencia en F1. Nuestros proveedores quizás cuestan el doble que los de Honda, pero son tres, cuatro o cinco veces más rápidos. De alguna manera la influencia corporativa no ayuda a ser eficiente. Cuanto más te comportas como una empresa corporativa, más lento eres y menos ágil, lo que no encaja en la cultura de las carreras», finalizó Boullier.