Alarma en McLaren: Alonso vuelve a pararse en Montmeló

«Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse». Esa es la primera acepción de ‘paciencia’ en el diccionario de la RAE. Y sí, quizá Fernando Alonso, a pesar de todo, haya logrado hacerse amigo de esa palabra. Es posible, por lo que pudimos ver, que acepte de alguna manera los problemas como parte de un viaje complicado. Pero…

Tampoco importa realmente si es capaz de soportar que su coche no pueda dar más de cinco vueltas seguidas o que cada uno de los días de entrenamientos haya tenido problemas graves y haya tenido que verse sometido a paradas obligatorias o no haya podido rodar o completar el plan establecido para una jornada usual de test. Eso, en el fondo, es lo de menos. Da igual. Lo realmente grave es la séptima acepción de la palabra paciencia en el diccionario del español. «Tolerancia o consentimiento en mengua del honor». Y eso es realmente lo preocupante de lo que sucede con Alonso. El asturiano, el español, considerado por norma general mejor piloto de este deporte, un competidor excepcional dotado de un talento sobrenatural para llevar un coche de carreras va a dejar de serlo si esto sigue así. Su categoría, su honor incluso se ve expuesto a los elementos.

Y es que, seamos sinceros, ahora mismo Alonso pilota un coche que no va terminar la primera carrera de la temporada, que se va a quedar muy lejos en la clasificación por la pole y que lleva camino de ser el protagonista negativo de un año que puede ser el último en Fórmula 1 de Fernando. Así son las cosas. El bicampeón sigue siendo el más pagado, pero lleva once años sin ganar el título, cuatro sin vencer un gran premio y tres sin subirse a un podio de Fórmula 1. Mucho. Demasiado para seguir sosteniendo el convencimiento de su inmensa categoría. Este es un deporte diferente, cierto, pero los resultados también importan. Y el camino.

En este último día de test en Barcelona, volvió a pararse el McLaren Honda, y en dos ocasiones, cuando Alonso llevaba 17 vueltas en total, en realidad un par de tandas de cuatro y cinco vueltas seguidas, el resto vueltas de instalación sin tiempo y si de eso hablamos era último a casi tres segundos del mejor, el Red Bull de Max Verstappen. Fernando había rodado a medio gas, aunque Honda ha logrado alguna mejora en el motor, en la recta ahora va a 14 kilómetros por hora más lento que los mejores en vez de los casi treinta de días anteriores. Un gran logro. Ejem.

El coche ha regresado al box ayudado por la grúa y las asistencias y ahora tratarán de arreglarlo para ponerlo otra vez en pista. Deben solucionar los problemas. Y ya. Porque están dejando en nada la reputación de uno de los mejores pilotos de siempre y, también hay que decirlo, de uno de los equipos de leyenda que ha dado este deporte.

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