La primera semana de test de Fórmula 1 2017 en el Circuit de Barcelona – Catalunya ha puesto de manifiesto la falta de fiabilidad del motor Renault.
La marca francesa ha decidido introducir esta temporada la segunda generación del sistema de recuperación de energía (ERS) entre otras muchas novedades en un claro intento por acercarse al rendimiento de Mercedes. Una decisión que parece que está provocando problemas.
Durante la primera semana, Toro Rosso tuvo que utilizar un total de tres motores para completar 183 vueltas. Tales fueron los problemas que el último día, Kyvat apenas pudo completar una vuelta de instalación.
Una situación que no ha cambiado cinco días después. Tras una hora y media de sesión, Jolyon Palmer entraba al pit-lane con el motor apagado. Un contratiempo que obligaba a los mecánicos a cambiar la unidad de potencia y trastocar sus plan de trabajo.
Desde Renault siempre han defendido que los problemas de fiabilidad estarán resueltos para Australia. Pero lo único cierto es que las dificultades siguen para el fabricante francés en Montmeló.