El Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) llamó a todos los sectores sociales y empresariales de la ciudad a apoyar y dar seguimiento a las intervenciones normativas que impulsa el Ayuntamiento, en materia de higienización, limpieza de los espacios públicos, así como del embellecimiento y control de la venta informal de alimentos y bebidas en las vías públicas. Este Ayuntamiento está poniendo en operación un plan de ordenamiento que se espera resulte efectivo e impacte positivamente en la ciudad y el municipio de Santiago.
Tal como lo plantea la Ley 176-07 de Municipios, los Ayuntamientos son los responsables de quince (15) competencias sustantivas en materia de gestión municipal, cada una de las cuales concurre para asegurar el ordenamiento territorial de las diferentes demarcaciones. Desde la limpieza vial, el uso y mantenimiento de áreas verdes, la protección de la higiene y de la salubridad pública, la gestión del espacio público, hasta el ornato, son funciones propias de los ayuntamientos que no han venido siendo cumplidas de manera efectiva por las diversas administraciones. Esta insuficiencia permitido una invasión masiva de los espacios públicos por actividades privadas informales de todo tipo, generando caos, problemas de circulación vial, afeamiento y condiciones para la generación de epidemias.
De acuerdo a los estudios efectuados por el Plan Estratégico de Santiago (PES 2020), la ciudad ha perdido en los pasados 30 años más del 30% del espacio público necesario para la habitabilidad, circulación vial y tránsito seguro de peatones, evidenciándose cómo los negocios informales, microventas y otras intervenciones irregulares se han apropiado de una parte importante de la ciudad, no entendiendo la relación de lo propio y lo común. Lo común, en otras palabras, lo que nos corresponde a todos, es del municipio de Santiago y de su órgano rector, el Ayuntamiento; lo propio, por su parte, es aquello que, de acuerdo a la Ley, le corresponde a cada ciudadano o empresa.
El doctor Reynaldo Peguero, director del PES 2020, subrayó que del 100% del territorio de la ciudad, el espacio privado formal e informal ocupan el 85%, mientras que apenas el 15% le corresponde a la superficie total de la ciudad, que debe ser de propiedad y de uso público. “Todos los ciudadanos tenemos que entender la necesidad de aumentar los metros cuadrados para recreación, para espacios públicos, para conexiones y vías y para actividades de animación sociocultural. La invasión que realiza ilegalmente el actor privado formal e informal sobre el espacio público irrespeta el derecho de toda la ciudadanía a disfrutar del mismo”, indicó.
Asimismo, debe valorarse que muchas plazas comerciales y otro tipo de actividades similares, no cumplen con las exigencias mínimas de la cantidad de parqueo requerido para el desarrollo de sus actividades, así como también originan desorden los cables aéreos de las empresas telefónicas y tecnológicas, deteriorando la buena calidad paisajística de Santiago. Similares resultados se obtienen con las invasiones de los vendedores ambulantes al espacio público, de manera permanente o esporádica.
De los 49 barrios de la ciudad, 46 están afectados por este gran desorden, donde las actividades de invasión la hacen los talleres mecánicos, las empresas de muebles, las ebanisterías, las ventas de ropa, muebles y comidas, así como productos agrícolas, ventorrillos y más. Se impone para el CDES formalizar las fronteras entre el espacio público y el espacio privado, creando normas, programas de intervención, mecanismos de protección y mejoramiento y rescate de los espacios públicos.