Ha sido un invierno extraño en Ferrari. El equipo que más seguidores mueve y de los que más información genera ha optado por una estrategia de hermetismo total en el desarrollo de su coche. Pocas declaraciones a los medios y mucho trabajo sin parar en la construcción de su nuevo monoplaza. Después del varapalo que se llevaron la pasada temporada al perder la estela de Mercedes y Red Bull, quieren recuperarla lo antes posible y no se puede permitir errores. Con esa intención nace el SF70H.
Y lo ha hecho con una presentación igualmente austera. No ha sido en directo, sino a través de un vídeo en el que, después de las pertinentes imágenes introductorias, mostraba al nuevo monoplaza italiano en primer plano escoltado a ambos lados por directivos de la formación, como Maurizio Arrivabene (jefe de equipo) o Mattia Binotto (jefe técnico), y por sus tres pilotos: Sebastian Vettel, Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi. Unas cuantos planos más jugando con el zoom y ya está. Ni declaraciones ni extravagancias de ningún tipo.
Después, llegaría las primeras fotos en las que se ve con detalle como la máquina roja de 2017 también ha adquirido el aspecto agresivo que contagia toda la parrilla con las nuevas normas: enormes alerones, morro estrecho, aleta de tiburón y pontones muy novedosos. Vettel y Raikkonen serán los encargados de conducirlo una temporada más y puede que sea la última si la Scuderia no consigue situarse en posición de sumar victorias, algo que no hizo en 2016, y de luchar por los títulos. Las opiniones sobre sus opciones de hacerlo están divididas, el SF70H tendrá que ir disipándolas en cada kilómetro.