Brembo espera frenadas superiores a los 6G en 2017

Los cambios en la reglamentación de la Fórmula 1 en 2017 afectan a la estética de los monoplazas, al trabajo físico de los pilotos, a determinados aspectos de los circuitos, a los pit stops de los mecánicos durante las carreras… y a los frenos. Brembo suministra a todos los equipos de la parrilla excepto McLaren, Force India y Williams y la firma italiana ha tenido que trabajar a destajo para el Mundial que empieza el 26 de marzo en Australia. Los discos han pasado de 28mm a 32mm de dimensión y de 1,3 a 1,5 kilos de peso y eso ha supuesto una nueva evaluación del sistema de frenos en su conjunto para afrontar los 26 kilos de más en total que pesarán los monoplazas esta temporada.

El aumento del ancho de los neumáticos Pirelli (conservan la llanta de 13 pulgadas pero los delanteros son 6 centímetros más anchos y los traseros 8) y la mayor carga aerodinámica harán que el coche sea más rápido en el tiempo por vuelta merced a una mayor velocidad de entrada en curva y aceleración a la salida, pero también provocarán una alteración en el impacto en los frenos.

¿Cómo? Según los datos de las simulaciones que ha realizado Brembo en 2017 habrá una reducción en el espacio y el tiempo de frenado cercano al 25%, además de un aumento de la potencia y la exigencia del sistema. En la fase de desaceleración con un par de frenado aumentado los pilotos se enfrentarán a frenadas superiores a 6G. «Vamos a sufrir ya que todos los elementos se someterán a un mayor estrés», admite Andrea Algeri, técnico de la marca transalpina en la F-1 desde 2010, a la ‘Gazzetta’.

Cambios que favorecerán algunos aspectos, pero que podrían ir en detrimento del espectáculo ya que igualarán el talento de los pilotos y evitarán muchos adelantamientos en curva. Al reducirse el espacio y el tiempo de frenada, ésta comienza más tarde y se anula prácticamente la posibilidad de que un piloto pueda sacar ventaja respecto a otro. Es decir, se mecaniza el momento preciso del pisotón.

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