El 30 de agosto de 1937 nació en Auckland (Nueva Zelanda) un niño muy inquieto que volvía locos a los mecánicos de la estación de servicio de Texaco, propiedad de su padre Les. Les pedía herramientas para su primer proyecto, un triciclo, del que cuentan nunca vieron apoyar las tres ruedas para tomar una curva. Pero la vida le tenía preparada una dura prueba.
Con nueve años le diagnosticaron la enfermedad de Legg-Calve-Perthes por la que pasó por el quirófano para estar varios años con una pesada convalecencia y rehabilitación que le dejó una cojera cuando se fatigaba. Ahí forjó un carácter duro y metódico en el que la paciencia, la fuerza de voluntad, el esfuerzo y el perfeccionismo convivían de forma perfecta con un enorme sentido del humor.
A los quince se puso al volante de un viejo Ulster Austin Seven y debutó en una carrera local. Progresó rápido y ganó la beca ‘Driver to Europe’ que le llevó a Gran Bretaña en 1958 donde se integró en Cooper Cars bajo la tutela de Jack Brabham.
En 1959 estrenó el palmarés de triunfos en EE UU y en 1960 fue subcampeón del mundo. Pero Bruce quería más y en 1963 creó su escudería y fabricó él mismo el coche que pilotaba en carrera. Tres años después debutaron en F-1. Por desgracia no pudo saborear los éxitos del proyecto ya que una soleada tarde de junio de 1970 murió en Goodwood al estrellarse cuando probaba un nuevo modelo.
Su sueño fue un éxito y por su equipo pasaron mitos del automovilismo como Mike Hailwood, Jody Scheckter, James Hunt, Emerson Fittipaldi, Ayerton Senna, Alain Prost, Fernando Alonso o Lewis Hamilton. Ahora, la vida del creador de la mítica escudería de Woking llegará al cine en una producción neozelandesa, estilo documental, interpretada por Dwayne Cameron y dirigida por Roger Donaldson. Y hoy ya es posible ver el tráiler.