El país elige presidente y su nueva Asamblea tras diez años de Gobierno de Rafael Correa
Los ecuatorianos acuden este domingo a las urnas para elegir presidente y la nueva composición de su Asamblea. El país, que afronta un cambio de ciclo tras una década de Gobierno de Rafael Correa, decide entre Lenín Moreno, el candidato oficialista favorito según las encuestas con entre el 30% y el 35% de los apoyos, y los aspirantes de una oposición fragmentada, encabezados por el conservador Guillermo Lasso. Los sondeos vaticinan que nadie logrará imponerse en primera vuelta. Aun así, estos comicios definirán la voluntad de Ecuador de continuar o no el giro político en América Latina.
Los votantes del país andino examinan la herencia del llamado “socialismo del siglo XXI” impulsado por Correa, quien decidió no optar a la reelección, en una contienda que se celebra tras una campaña de perfil bajo. Sin el liderazgo y la popularidad del presidente saliente, Lenín Moreno ha tenido que cargar con un legado complicado, que sus adversarios critican principalmente por la gestión económica de los últimos años, tratando de hilar un relato complementario. Esto es, el candidato del Movimiento Alianza PAÍS ha intentado construir un perfil propio más alejado de los cánones de la “revolución ciudadana” y, con todo, contará según los analistas con el apoyo de los electores más fieles de esa formación, aproximadamente un 30% de los ecuatorianos.
Ese respaldo es insuficiente para ganar en primera vuelta —necesitaría alcanzar el 40% y superar al segundo candidato en más del 10%— y arroja un panorama incierto sobre el comportamiento de los electores de la oposición a partir del lunes y lo que pueda ocurrir en una segunda vuelta, que se celebraría el 2 de abril.
Ecuador decidirá este año, en definitiva, si seguir el camino inaugurado por Argentina en 2015 con la victoria de Mauricio Macri y el declive del kirchnerismo, y continuar un posible efecto dominó en América Latina antes de las elecciones de 2018 previstas en Brasil, México y Colombia. Pase lo que pase, el país encara un probable cambio. “El triunfo [de Moreno] en primera o en segunda vuelta va a cambiar las cosas”, señala el politólogo Franklin Ramírez, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Es decir, si el candidato oficialista lograra imponerse mañana, el desmarque del proyecto político de Correa sería menor que si lo hiciera en la segunda votación. En cualquier caso, el próximo presidente tendrá que asumir que el diálogo será imprescindible para gobernar, puesto que la composición de la Asamblea estará muy probablemente marcada por la fragmentación. Lo afirmó públicamente el propio Moreno y lo dejó negro sobre blanco en su perfil de Twitter: “Ahora viene lo mejor. Vienen otros tiempos, los tiempos del diálogo, de la mano extendida”.
EL DELFÍN DE RAFAEL CORREA
Lenín Moreno es el candidato del Movimiento Alianza PAÍS. Favorito según los sondeos, es el encargado de gestionar la herencia del presidente saliente, Rafael Correa, de cuyo Gobierno fue vicepresidente entre 2007 y 2013. Muy comprometido con la atención a la discapacidad, en diciembre de ese año fue nombrado por el entonces secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, Enviado Especial del Secretario General en Discapacidad y Accesibilidad. Se trasladó a Suiza y regresó a Ecuador a finales del año pasado para presentarse a las elecciones con Jorge Glas, actual vicepresidente del país, como compañero de candidatura.
Su principal contrincante es el empresario Guillermo Lasso, cuya intención de voto apenas supera el 20%. El candidato del Movimiento CREO, expresidente del Banco de Guayaquil, tiene una visión de país liberal en lo económico y antitética a la filosofía del “buen vivir” de Correa. En conversación con EL PAÍS, lo resume así: “Uno de los objetivos nuestros es entrar en la Alianza del Pacífico. Y le diremos bye bye al ALBA”, la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América de la que forman parte, por ejemplo, Venezuela y Bolivia.
El efecto de Viteri
No obstante, Lasso, que es amigo de José María Aznar y exhibe en su oficina de Guayaquil el libro del expresidente España puede salir de la crisis, compite en el espectro de la oposición con otra candidata. Cynthia Viteri, aspirante del Partido Social Cristiano, cuenta con un apoyo que ronda el 15% y en algún estudio de opinión ha estado por encima. En cualquier caso, ambos han hecho campaña presentándose como líderes de la oposición a Moreno. “Empieza la segunda vuelta”, llegó a afirmar Viteri en el cierre de la carrera electoral.
EL AMIGO DE LA FUNDACIÓN FAES
Guillermo Lasso es, según las encuestas, el principal candidato de la oposición a la presidencia de Ecuador. Empresario y expresidente del Banco de Guayaquil, el líder del Movimiento CREO es un político conservador y liberal en materia económica, próximo al Partido Popular y amigo personal del expresidente José María Aznar. “Tengo buenos amigos en el PP y también en FAES, y aunque le parezca mentira también algunos socialistas son personas respetables para mí”, afirmó a EL PAÍS. Espera capitalizar el voto útil de otros candidatos de la oposición como Cynthia Viteri si hay segunda vuelta.
El general retirado Francisco Moncayo, exalcalde de Quito y representante socialdemócrata, es el candidato que ocupa el cuarto puesto entre los aspirantes de la oposición, aunque difícilmente, según las encuestas, puede superar el 10% de los votos. Lasso, por tanto, en el caso probable de darse una segunda vuelta, no tiene asegurado el puesto de competidor de Moreno. Ya lo fue en 2013 y obtuvo el 22,7% de los votos frente a Correa, aunque él se muestra muy optimista. “En el Ecuador de hoy hay dos certezas: la primera es que hay segunda vuelta, la segunda certeza, que nosotros vamos a estar en segunda vuelta. La duda es si llegamos primeros o no”, concede. “En todo caso, el lunes será un nuevo día en Ecuador, y ese día habremos dado vuelta ya a la página de la confrontación y la adversidad de la oposición en la campaña electoral. El día lunes 20, Ecuador será distinto, y la unidad de los líderes políticos prevalecerá para evitar que termine como Venezuela”, mantiene.
Los casi 13 millones de ecuatorianos llamados a las urnas se pronunciarán hoy también sobre el llamado pacto ético sobre los paraísos fiscales. Tras el caso de los papeles de Panamá, Correa decidió someter a los electores una pregunta básica: “¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?”. A pesar de eso, el referéndum quedó desdibujado durante una campaña que estuvo marcada también por la sombra de la corrupción y por los efectos del caso Odebrecht.