Nico Rosberg dejó claro desde el principio el motivo de su retirada, por más que muchos no le creyeran… o no le entendiesen. El alemán de Mercedes ha logrado su gran pbjetivo y quería estar con su familia. Han ido pasando las semanas y cada vez que el vigente campeón de Fórmula 1 habla del tema deja frases que demuestran que estaba inmerso en un tipo de vida que no era el que le hacía disfrutar. «Mi mujer Vivian lo tenía que hacer todo. Si nuestra hija necesitaba algo, Vivian estaba ahí. Nunca pasaba momentos complicados con mi hija. Siempre trabajaba para combatir el jet-lag, me movía entre husos horarios con hora y media de separación de forma diaria», ha explicado Rosberg al ‘Daily Mail’.
El alemán de 31 años, segundo caso en la historia en la que emula el hito de su padre de proclamarse campeón del mundo tras Damon Hill, ahonda en el tema y especifica lo que le hacía sentir: «Esto significaba que durante el día podía dormir pero por la noche era incapaz de cerrar los ojos. Era horrible. Alaia (su hija) sabía que no podía molestarme. Aprendió desde el primero momento ese concepto y cada vez que entraba en el dormitorio, pese a tener un año, lo hacía con un dedo en la boca y diciendo ‘shhh'». Todo lo contrario de lo que ocurre en la actualidad: «Ahora también estoy en los momentos difíciles con mi hija y eso crea un vínculo especial. Ella devuelve el amor que depositas en ella. Es impresionante cómo sabe que sufro junto a ella».
Por si alguien aún duda si Rosberg podría plantearse volver en el futuro, el campeón de 2016 es tajante: «Mi futuro estará lleno de retos y haré lo que me haga sentir bien. Eso sí, mi libro de Fórmula 1 se ha cerrado de la mejor forma, con final feliz y eso me encanta». Por último, Rosberg dice veladamente, o quizá no tanto, que no tiene ninguna intención de acudir a la carrera inicial del Mundial 2017, el GP de Australia, pese a ser embajador del equipo de Brackley: «Ahora miro mi calendario para marzo y está completamente en blanco, de principio a fin».