BOSTON — Paul Pierce estuvo de vuelta en la alineación titular contra su ex equipo el domingo cuando el entrenador de los LA Clippers, Doc Rivers, le dio la oportunidad de despedirse de los aficionados de los Boston Celtics.
Pierce, de 39 años, no jugaba desde el 31 de diciembre y ha aparecido en solo 12 juegos esta temporada para los Clippers. El alero jugó sus primeros 15 años de carrera con los Celtics y es el segundo mejor anotador de la franquicia detrás de John Havlicek.
Rivers dijo que era importante para Pierce iniciar el juego del domingo, y sus compañeros estuvieron de acuerdo.
“Fui al equipo primero y pregunté y me miraron como ‘¿qué tonta pregunta?’. Pero pensé que era una pregunta apropiada para ellos”, dijo Rivers. “Ellos querían que él iniciara, lo cual me pareció genial. Luego fui con Paul y él estaba realmente vacilante. No estaba seguro de si debía. Entonces él dijo: ‘está bien’. Entonces lo hicimos practicar ayer, lo cual es duro para él”.
Pierce, quien ha dicho que se retirará después de esta temporada, había jugado solo una vez desde el Día de Navidad pero realmente apreció la oportunidad de iniciar en Boston.
“Se siente genial. Tú sabes. Me alegro de que Doc fuera capaz de sacarme una última vez sabiendo que era mi último juego en el Boston Garden”, aseguró Pierce. “Es un honor. Tú sabes, hace 18 años era mi primer juego como titular, y termino con eso en 2017 como titular en en el Boston Garden, terminando mi carrera, el último partido aquí en el mismo día, lo que es bastante irónico.
“Pero toda mi carrera, la forma en que llegué aquí, y como todo terminó, es bastante irónico, también. Siendo un fan de Lakers, derrotando a los Lakers en las Finales, terminando la décima selección, sabes que las cosas suceden por una razón”.
Pierce tuvo una gran alegría cuando salió para los calentamientos antes del partido. La multitud estaba llena de aficionados usando el jersey con el número 34 -incluso más de los que llevaban playeras de los Patriots en el Super Bowl del domingo-.
Los fans de los Celtics le dieron a Pierce una ovación durante su presentación y luego siguieron cantando “¡verdad, verdad, verdad!” antes de que las presentaciones pudieran continuar.
Pierce jugó los primeros cinco minutos sin anotar, fallando su único intento. Durante el primer tiempo fuera, un video de tributo de su época en Boston fue puesto.
Un Pierce emocionado no pudo contener las lágrimas cuando el Garden le dio una ovación de pie. Un “gracias, Paul” se cantó mientras el juego se reanudaba en la cancha.
Al final del juego, Pierce, con lágrimas en el rostro, entró de nuevo a la duela y se despidió de su casa con un triple, en medio de la ovación de todos los fanáticos.