Son los dos auténticos números 1

Vuelve un Nadal-Federer. Vuelve la final deseada por todo organizador de torneo. Digan lo que digan, mañana estarán frente a frente los dos jugadores con más carisma del planeta. Una final que puede batir récords de audiencia. Y eso porque a ella han llegado un campeón de 17 Grand Slam y otro de 14 que no han querido arrojar la toalla. El suizo dio un ejemplo a deportistas y a cualquiera que se proponga algo en la vida cuando consiguió sobreponerse a la remontada de dos sets de Wawrinka. Y qué decir de Rafa frente a Dimitrov, un jugador que por fin ha demostrado lo que apuntaba. Simplemente fue fantástico. Sólo al alcance de él. Los dos demostraron por qué son los auténticos números uno. Pese al ránking.

Nadal ha vuelto al nivel que lució en 2010, cuando ganó Roland Garros, Wimbledon y el US Open. Como entonces, se ha apoyado en el drive, que por fin le corre, y el saque. Pero es que además su cuerpo está como nunca y a eso suma la experiencia en momentos clave. Un cóctel que, si no le alcanza para ganar en Melbourne, le llevará a conseguir su décimo Roland Garros. Se está notando la ayuda de Moyá. Se vio claramente ante Raonic y en pequeños detalles durante los partidos. Carlos se retiró en 2010. Conoce muy bien el tenis de ahora y a los rivales de Rafa, y la combinación con Toni Nadal va a ser muy positiva. A estas alturas, un jugador necesita gente al lado con la que sentirse seguro. Y entre los dos hay una gran relación. Nadal-Federer otra vez. ¡Qué gusto!

 

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