Los regalos no se devuelven. Es lo que debe de pensar Felipe Massa, a quien no se le pasa por la cabeza perder el Williams de F1 que le regaló la escudería de Grove al retirarse de la competición. El que haya vuelto a ella, precisamente en el mismo equipo, no cambia las cosas. «Es mío, es mío», repite el brasileño… sin esconder la sonrisa.
«Vi el coche en la fábrica hace un par de días, tenía mi nombre escrito en un lateral», declara el piloto paulista, que a sus 35 años compartirá equipo con Lance Stroll, de sólo 18. «Lo que sucedió en las dos últimas carreras, especialmente en Brasil, provocó unas sensaciones maravillosas. Fue el escenario perfecto para acabar mi carrera», comenta Felipe, a quien Williams regaló el FW38 con el que compitió en ese GP de Brasil de 2016.
Le sorprendió la llamada de Claire
Sin embargo, la sorprendente retirada de Nico Rosberg dejó vacante un puesto en Mercedes que revolucionó la parrilla de la Fórmula 1. Valtteri Bottas abandonó Williams para unirse al proyecto ganador de Mercedes y en la escudería de Grove se acordaron de su querido Felipe. «Fue una pequeña sorpresa cuando Claire (Williams) me llamó para pedirme si podía aparcar mi retiro; definitivamente, estoy listo y motivado», señala Massa, quien estaba buscando «competir en otra disciplina» y quien revela haber «vuelto a los entrenamientos diarios en Miami» para estar listo para la exigente temporada 2017 en la F1.