LA ALTAGRACIA. Este año algunos pedigueños elevaron sus oraciones a la Virgen de la Altagracia para que las autoridades se sensibilicen y ayuden más al sector de las personas con discapacidad.
Como todos los años decenas de hombres, mujeres y niños con dispacidad se colocan en las laderas de la basílica a esperar la ayuda generosa de los devotos, muchos de los cuales incluyen en sus promesa que la repartición de dinero. Joaquín Anibal Medina es un de ellos, vino desde Neyba y mientras extiende su mano con un vaso plástico para que le echen dinero, aprovecha a la prensa para desahogarse.
“Aquí hay mucha gente con necesidades, el Gobierno debe prestarnos más atención a los minusválido, en otros países no estuviéramos aquí pidiendo ayuda, yo no tengo seguro, niños tarjeta Solidaridad, yo vivo de lo que me da la gente, de la misericordia de Dios”.
Yudy Jiménez es otra minusválida que se trasladó desde Cristo Rey. No vino a ofrecer promesas sino a buscar algo que le permita