Coco Vandeweghe (Carlsbad, California, 6 de diciembre de 1991) ha frenado este viernes a la emergente Eugenie Bouchard, que venía pisando fuerte en el Abierto de Australia. La estadounidense de ascendencia canadiense, precisamente la nacionalidad de la rival a la que ha vencido en la tercera ronda del torneo, tiene un pedigrí importante que la ha impulsado a dedicar su vida al deporte. Por sus venas corre una sangre en la que se mezcla la NBA, la natación y la belleza.
Su abuelo, Ernie Vandeweghe, fue un jugador nacido en Montreal que estuvo en la Liga profesional de baloncesto norteamericana entre 1949 y 1956, siempre con los New York Knicks. Anotó 9,5 puntos por partido y engendró a Ernest Kiki Vandeweghe, que se convirtió en una versión mejorada de sí mismo.
El tío de Coco, que también fue entrenador y ejecutivo en la NBA, jugó 13 temporadas en la mejor liga de básquet del mundo (Denver, Portland, New York y Clippers) y fue dos veces all star (1983 y 84). Pero no acaba ahí la cosa. El tío-abuelo de la tenista, Mel Hutchins, también pasó 7 campañas en la NBA (Milwaukee, Fort Wayne y New York) y fue all star en cuatro ocasiones (1953, 54, 56 y 57). Obviamente, a Coco le chifla la NBA y se permite de vez en cuando hacer comentarios. Fue famosa su valoración sobre el estilo de juego de la estrella de los Knicks, Carmelo Anthony: «Es un blando», dijo.
En cuanto al lado femenino de su familia, su madre, Tauna Kay Vandeweghe, fue nadadora olímpica. Participó con el equipo de Estados Unidos en los Juegos de Montreal 1976. Nadó los 100 metros espalda y fue eliminada en semifinales. Es la hermana de Kiki. La madre de ambos, Colleen Kay Hutchins, fue modelo y Miss América en 1952.
Probablemente por sus ascendentes baloncestísticos Coco es tan alta. Desde sus 185 centímetros es una de las jugadoras con mejor saque del circuito WTA y ocupa el número 35 del ránking. El 2015 alcanzó los cuartos de final en Wimbledon y en 2016 fue olímpica en Río. Participó en dobles junto a Bethanie Matek-Sands (fueron eliminadas en segunda ronda por las suizas Hingis y Bacsinszky). Ahora ha obtenido su mejor clasificación en el Abierto de Australia, los octavos de final donde se medirá, seguro que sin complejos, a la número uno del mundo, la alemana Angelique Kerber.