Es raro no ver su nombre entre los diez mejores del 2016 en los análisis que muchos medios realizaron del pasado año. Sainz consiguió brillar con un Toro Rosso por momentos bastante deficiente y eso le ha colocado en un lugar destacado de la parrilla. No pasa desapercibido, pero las puertas de los grandes equipos, principalmente la más accesible de Red Bull, se las ha encontrado cerradas. Porque ahora en Milton Keynes tienen al dúo más fuerte en Ricciardo y Verstappen, sino Carlos está convencido de que hubiera tenido sitio.
«Hacer un año en la F1 como el que conseguí hacer es muy difícil, por eso me da rabia no dar un salto hacia delante. Tuvimos una oferta muy interesante de Renault que desestimamos», cuenta el madrileño en una entrevista con ‘El País’, pero lo que de verdad lamenta es no haber tenido una oportunidad en el primer equipo energético: «Si hubiera hecho este año en 2012 o 2013 yo creo que me dan un asiento en Red Bull de cabeza, pero ahora la escudería está ocupada. Así es la vida. Solo queda tener paciencia, ya llegará».
Actitud y confianza en que los resultados llegarán, y más pronto que tarde. Este año tiene que ser en el que Carlos dé un golpe en la mesa para que lo oigan los que juegan en la élite: «Soy el que más ganas tiene de dar ese salto a un equipo oficial en 2018, pero ahora mi mente y mi esfuerzo están centrados en esta temporada. Mi oportunidad de 2018 solo pasa por un buen 2017, así que por mucho que me gustaría estar ya en un equipo grande, no es el caso. Estoy en Toro Rosso y tengo que hacer un año muy bueno para abrirme todas las puertas posibles».
Sainz ya ha llamado la atención, pero no por eso se va a relajar. Aún tiene una larga curva de aprendizaje que asumir. «Tras mi segundo año de F1 tengo todos los puntos por reforzar. Me apetece mejorar y convertirme en un piloto todavía mejor porque tengo mucho margen. Que la temporada pasada haya hecho un muy buen año no quita que no me apetezca mejorar y seguir creciendo como piloto», asegura convencido el español, que concluye con una frase reveladora: «Mi espejo soy yo mismo». Cada año a mejor. Y las cosas llegarán…