Federer está de vuelta: "Espero quedarme unos días por aquí"

No va sobrado físicamente a sus 35 años y después de pasar seis meses sin jugar por lesión, pero a Roger Federer le han sobrado calidad, clase y saber estar para estrenarse en el Abierto de Australia con una victoria sin alardes, pero convincente. El suizo, para muchos el mejor jugador de todos los tiempos, se impuso al también veterano Jurgen Melzer en cuatro sets y poco más de dos horas: 7-5, 3-6, 6-2 y 6-2. «Espero quedarme por aquí unos cuantos días. Estar en el cuadro es bonito. Cada partido es bueno, incluso si hubiera perdido hoy», dijo tras su primer partido de carácter oficial, después de haber participado a primeros de mes en la Copa Hopman. Modestia («Al principio esta un poco nervioso», reconoció) y categoría para cerrar la primera jornada en un Rod Laver Arena donde ha ganado cuatro veces el título.

No fue fácil el inicio para un Federer que parecía un poquito oxidado. Encajó un break para el 4-2 favorable a Melzer, pero lo recuperó inmediatamente y encadenó varios juegos en blanco incluido otro break adornado con golpes maravillosos. La derecha, el que más le cuesta alargar ahora le funcionó y voleó como los ángeles para apuntarse el primer set. El segundo lo inició bien (2-0), pero con 3-1 para el suizo, su rival ganó cinco juegos seguidos y se llevó la manga. 

Federer sabía que no le convenía alargar el duelo y se puso serio, como si ese largo tiempo parado no hubiera pasado para él. Se permitió el lujo, además, de ser muy agresivo con su saque. Tanto que al final acabó colocándole a Melzer 19 aces con un porcentaje de primeros peor (64% vs 75%). Y arriesgó con golpes largos que no siempre le entraron pero que presionaron lo suficiente a su contrincante. No sabemos hasta donde podrá llegar, pero a Federer se le ve bien para gozo del mundo del tenis. En segunda ronda, le espera el estadounidense Noah Rubin, que en febrero cumplirá 21 años, 14 menos que El Maestro

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