El pasado 20 de noviembre, en el O2 Arena de Londres, Andy Murray vencía a Novak Djokovic en la final del Torneo de Maestros y se aseguraba acabar el 2016 como número uno del mundo. Este sábado, en la final del ATP 250 de Doha (16:00, Eurosport), el líder mundial del ránking y su más inmediato perseguidor se volverán a ver las caras en el nuevo gran duelo del tenis mundial.
Esta vez será ‘sólo’ por el primer título del año, sin que el trono esté en juego. Y ambos llegan después de una semana completa, donde han tenido buenos momentos (aunque aún están lejos de su mejor nivel) pero también han solventado situaciones complicadas. Sobre todo un Djokovic que acabó con dudas la temporada pasada (su extécnico Becker echó más leña al fuego) y al que le costó muchísimo trabajo su partido de semifinales ante Verdasco. Por eso una victoria este sábado ante Murray sería un espaldarazo de cara a un año en el que arranca con muchas incógnitas.
Todo lo contrario que su rival. El escocés afronta una temporada en la que parte como gran sensación del circuito y con la mente en conquistar torneos de Grand Slam. Quizá por eso le reste presión a su duelo ante el serbio. «No tengo demasiada presión de cara al partido de mañana. Lo ideal sería ganar el partido, pero no sé qué tendría que ver el partido de mañana con lo que ocurra en Australia. Jugaremos muchos más partidos antes de jugar allí», comentó quitándole importancia. Aunque es consciente de que todo el mundo estará pendiente de este primer duelo entre los dos mejores tenistas del momento.