El Alpe d’Huez no solo vive de ver a ciclistas retorcerse en sus sillines para afrontar una de las etapas más duras del Tour de Francia, también acoge otras carreras, pero en invierno, con motores y mucho más resbaladizas. El Trofeo Andros es un campeonato francés de coches sobre hielo que se disputa en estaciones de esquí durante estas fechas navideñas, y en él es habitual ver a viejos conocidos de la Fórmula 1, e incluso a algunos de los pilotos actuales de la parrilla, como es el caso de Romain Grosjean.
El piloto del equipo Haas cambió la seguridad que da el agarre del asfalto por la inestabilidad de resbalar sobre hielo, y no le fue nada mal. En la primera de las dos carreras de la categoría Élite Pro (la principal) acabó en el último lugar entre los once participantes, pero en la segunda se redimió por completo. Cuando le tomó la medida al congelado recorrido de los Alpes, fue capaz de alcanzar la victoria para cerrar el evento brazos arriba sobre su coche. Pero lo más destacado de la jornada pasó a sus espaldas…
Olivier Panis, expiloto de F1 (11 años) y Adrien Tambay, hijo del también ex F1 Patrick, libraron una lucha tremenda por el último puesto del podio que terminó, literalmente, a puñetazos. A Tambay no le sentó nada bien que Panis le cogiera el interior en la última curva para quitarle la tercera plaza y le fue cerrando la trayectoria hasta acabar empotrándole contra el muro de balas de paja. Tras la carrera, Olvier no se lo pensó y se fue hasta Adrien para enzarzarse en una lamentable pelea a puñetazo limpio. En el automovilismo, no hay carreras amistosas…