Hamilton ya tiene a quien le apoye. Después de tener que escuchar como Mercedes y Vettel le criticaban por la estrategia que utilizó en Abu Dhabi para intentar vencer a la lógica y quitarle el título a Rosberg, ahora el británico puede tener la conciencia tranquila sabiendo que no es el único que piensa que hizo una carrera inteligente y necesaria para agotar todas sus opciones. El que le da una palmada en la espalda para animarle es Christian Horner, jefe de Red Bull, que no ve nada sucio en su actuación y sí ingenuidad en Mercedes.
Primero, un mensaje envenenado. «Sabemos que a Toto le gusta controlar la mayoría de las cosas en el paddock, incluyendo a los pilotos de otros equipos», dice sobre su homónimo Wolff, quien tuvo sus más y sus menos con Verstappen después de aquel toque con Rosberg en la salida de México, antes de entrar en materia. «No se podía esperar nada diferente. Están compitiendo por un campeonato del mundo, por el título de pilotos. Sólo hay dos chicos en la lucha y ambos están en el mismo coche».
El mandatario energético señala que las cuentas de cada uno para ganar el título estaban muy claras. Para que Hamilton lo lograse tenía que ganar y que Rosberg no subiese al podio, por lo que cree que jugó sus cartas de forma totalmente lícita: «Para Lewis, ganar la carrera nunca iba a ser suficiente. Corrió una carrera táctica y no hizo nada sucio ni en contra de las reglas. Sería injusto criticar a Lewis por la forma en la que pilotó. Era obvio antes del fin de semana que era su única oportunidad de lograr el resultado que él quería».
Además, aclara que si una situación parecida hubiera ocurrido entre sus pilotos nunca habrían intervenido de la forma en la que lo hizo Mercedes. «Sabiendo donde estaban, iba a ser sólo cuestión de estos dos chicos, iba a haber ese tipo de batalla entre los dos. Felicidades a Nico, ha tenido una gran temporada, es un campeón del mundo muy digno, pero era ingenuo pensar que hubiera habido un enfoque diferente a esta carrera con lo que estaba en juego», asegura Horner. Él lo tenía claro, Hamilton también, y actuó en consecuencia.