Cuando en Maranello imaginaban la temporada de 2016 antes de comenzarla seguro que lo hacían pensando en que iba a ser posible llegar a la última carrera con opciones de ganar un título. Pero nada de eso. Otro año más tienen que ver como los focos que alumbrarán bajo la noche de Abu Dhabi los acaparan otros, los de siempre. Una decepción que sumar a la larga lista que acumulan durante los últimos tiempos y que deja a Vettel con un sabor muy amargo. No han cumplido con las expectativas y lo asumen.
Ninguna victoria por las tres del año pasado, 10 podios frente 16 y superados también por Red Bull. Un paso atrás, eso dicen unos resultados que para Sebastian no reflejan la realidad, aunque, evidentemente, no están orgullosos de ellos: «En general, el coche ha dado un paso muy bueno desde 2015 y nuestro rendimiento quizás ha sido mejor de lo que muestran los resultados, pero las circunstancias no siempre han sido las mejores. Sin embargo, no podemos estar orgullosos de este año porque queríamos luchar por el título y no lo hemos hecho».
No, no lo han hecho, llevan desde 2008 (campeones de constructores) sin hacerlo, y el alemán pone la lupa en sus dos principales deficiencias. «Tenemos mucho trabajo por delante este invierno, las reglas del año que viene son muy diferentes. Lo que más nos ha faltado este año ha sido más carga aerodinámica y, especialmente, no lo hemos hecho bien los sábados, donde Mercedes va mejor que el resto. Esos son los dos puntos principales sobre los que tenemos que centrarnos para el próximo año», diagnóstica el tetracampeón.
Después de sumar un tercero, «a veces luchamos para conseguir la temperatura adecuada en los neumáticos», Vettel mira al otro lado de la balanza, lo positivo: «Creo que el punto más fuerte que tenemos es el espíritu dentro del equipo. Muy a menudo este año nos han criticado, pero estamos trabajando muy duro, la gente está muy comprometida. He dicho muchas veces que queríamos algo más este año pero, por muchas razones, no ha pasado». La principal razón es que Ferrari sigue sin Ferrari. ¿Lo volverá a ser alguna vez?