Kelvin Peralta Madera
De las cosas positivas que hemos visto del Gobierno ha sido la “democratización” en materia de la selección de los que van a construir Escuelas o Edificaciones relacionadas con el Ministerio de Educación; eso hay que reconocerlo, esos sorteos entre ingenieros guardan ciertas apariencias que en el pasado simplemente pudiéramos categorizarlas como groserías donde algunos funcionarios y políticos se repartían el pastel en materia de construcción de ese renglón y Ministerio.
Lo que no ha podido implementarse al parecer es la real transparencia, las cotizaciones y terrenos sobrevaluados continúan, las volteretas de los comisionistas despiadados también, y al final, las afectaciones a los usuarios, en este caso todo el sistema educativo, estudiantes, profesores que como conejillos de indias en algunos casos arriesgan sus vidas dentro de un plantel que por la Gracia de Dios no se les cae encima.
Los desastres naturales son el mejor evaluador o perito; las inundaciones en este caso revelan la calidad de la construcción y si la misma ha sido hecha conforme a los parámetros básicos y reglamentos correspondientes.
Las inundaciones no cobran “peaje” ni tienen enllaves políticos, a ellas no hay que darles comisión, simplemente de manera natural descubren los vicios de construcción intencionales más que por efectos de la causa de fuerza mayor y revelan cuando se ha construido con materiales de mala calidad, insuficientes o la falta de capacidad y conocimiento en algunos casos de quien ha sido beneficiado de la obra.
No tarda en salir el fraude, la sobrevaluación de los materiales y todas las bellaquerías clásicas en perjuicio del Estado por parte de algunos beneficiados que ven en la construcción de una escuela el resolver su vida y ganarse unos buenos millones sin importar consecuencias.
Hemos visto en la prensa nacional casos de escuelas que con una simple llovizna prácticamente comienzan a desmoronarse.
Recientemente el Ministerio de Educación ha dado la orden de reparación de 90 escuelas a nivel Nacional a causa de daños en sus estructuras como consecuencia de las inundaciones. Qué bueno que se tomen las medidas para reparar, corregir y salvaguardar la integridad física y vidas de miles de estudiantes, profesores y personal de esas escuelas, aunque también sería bueno que valga la oportunidad para actuar y que los fraudes y perjuicios ocasionados por algunos constructores sean también reparados.
Que no se utilice la excusa de las inundaciones para para justificar y encubrir los casos de construcciones mal hechas y sustentadas en fraudes; imagino que vendrán las sanciones contra aquellos que simplemente cobraron su dinero y engañaron al Estado con las Escuelas Construidas que no reúnen las mínimas condiciones de ingeniería y mucho menos para que sean utilizadas para la docencia.
El Ministro de Educación ha tomado medidas para la reparación de las escuelas afectadas, solo falta que en ciertos casos estas medidas también contemplen las sanciones y cumplimiento de la ley correspondiente en contra de constructores de escuelas en falta para que simplemente algunas cosas no se vuelven a repetir.