La familia Murray está de fiesta mayor tras el éxito de Andy y Jamie en las ATP Finals de Londres. Allí vivió dos grandes alegrías su madre, Judith Judy Ersine. El viernes supo que su hijo mayor, Jamie (13-2-1986), acabaría 2016 como número uno en el ránking mundial por parejas, junto al brasileño Bruno Soares. Y el domingo, el triunfo del pequeño (15-5-1987) ante Novak Djokovic le aseguró su puesto en lo más alto de la clasificación individual para lo que queda de curso. Nunca dos hermanos habían dominado el escalafón en los dos cuadros.
«El año entero ha sido magnífico para los dos. Probablemente somos los mayores fans el uno del otro», dijo Andy a la ATP. «De pequeños solíamos competir mucho entre nosotros, sobre todo de los 12 a los 14 años. Ahora, obviamente, ya no lo hacemos. Pero también jugábamos juntos al golf, al squash, al tenis de mesa».
Muzza ganó en Wimbledon y el domingo en el Masters, y Jim se llevó Australia y el US Open con Soares. Entre los dos han ganado este año 12 títulos (9 Andy y 3 Jamie), y sus balances son 78-9 y 45-20, respectivamente. Grandes números para una familia que se rompió cuando el padre, William Murray, y Judy Ersine se separaron en 1997, cuando Andy tenía 10 años. Un hecho que probablemente incrementó las ganas de competir al máximo nivel de sus hijos. La matriarca fue quien les inició en el tenis y les sigue siempre que puede.
La tragedia de Dunblane
Andy nació en Glasgow y Jim en Dunblane, donde ambos estuvieron presentes en la masacre de la escuela de la ciudad del condado de Stirling (Escocia), donde residieron bastantes años. Fue en 1996, cuando Thomas Hamilton asesinó a 16 niños y a un profesor antes de quitarse la vida. Los Murray se escondieron en un aula y eran aún pequeños para entender bien lo que estaba sucediendo. Andy reconoció en su autobiografía, Hitting Back, que llegó a formar parte de un grupo de jóvenes dirigido por Hamilton, y que su madre, Judy, le llevó alguna vez en su coche.