Novak Djokovic sigue su acoso sobre Andy Murray para recuperar el número uno. Para pelearlo, al menos, hasta el final. Y lo hizo colocándose ya en semifinales del Masters tras aguantar a un mejorado Milos Raonic, con muchos más registros que la potencia de su saque, y acabar tumbando a la torre canadiense (1,96 m.) por 7-6 (6) y 7-5 (5). La victoria previa de Dominic Thiem sobre Gael Monfils (6-3, 1-6 y 6-4) aseguraba al serbio el pase en caso de victoria.
Nole ofreció su cara centrada y sólida. Nunca se rindió. Sin las estridencias que mostró ante Thiem el domingo, al que cedió una manga. Supo neutralizar las tres bolas de break de que dispuso el discípulo de Carlos Moyá en el primer parcial, sacar la cabeza sin que se la volaran entre los 23 ganadores por solo 14 errores no forzados del canadiense, que lucha por salir tres del mundo de Londres, y levantó un 1-3 en la muerte súbita. Fiable como en la primera parte del año.
En el set definitivo, dos veces le neutralizó Raonic las ventajas que se procuró. Incluso levantó una bola de set y se encaminó a un tie-break en el que tuvo más temple frente a un Raonic fabuloso. No fue fácil, pero el lobo balcánico anda suelto por Londres… y con hambre.