El timonel campeón de la Serie Mundial en 2005 al mando de las Medias Blancas de Chicago, retornó al mando con victoria ante los Tigres de Aragua
Para Oswaldo Guillén la cosa va más allá del récord y los números. En su lugar, la alegría del mandamás de los Tiburones tras su regreso al mando era motivada por la actitud que mostraron sus peloteros durante su ausencia en ocho desafíos mientras cumplía compromisos laborales en los Estados Unidos.“Estoy agradecido con Ramón (Hernández, coach de banca), con Felipe (Lira, coach de pitcheo), con ‘Machete’ (Luis Rodríguez, coach) y con todos los que se mantuvieron trabajando en mi ausencia”, señaló Guillén antes del desafío de ayer frente al Caracas. “Por supuesto que también estoy agradecido con los jugadores. Ayer (el viernes) tuvimos un mítin en el que les agradecí la manera en que asumieron la responsabilidad de jugar sin dirigente”.
El timonel campeón de la Serie Mundial en 2005 al mando de las Medias Blancas de Chicago, retornó al mando con victoria ante los Tigres de Aragua el viernes. Ozzie aseguró que el riesgo de su partida no estaba en las posibles decisiones que tomara Hernández, mánager interino en el lapso, sino en la reacción que pudieran tener los peloteros; de hecho, Guillén encontró el ejemplo ideal para explicar su argumento.“Es como cuando tienes a una profesora suplente, los chamos no se portan bien”, contó Ozzie con una sonrisa.“Pero los míos se portaron muy bien e hicieron lo que tenían que hacer. Los muchachos salieron todos los días a fajarse en el terreno”, añadió el capataz.
Tiburones cierra hoy una serie de dos juegos con Leones.
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