135.026 aficionados llenaron las gradas del circuito mexicano

Se hacen fotos con dos hombres con sombrero mexicano, después con una pareja de novios, finalmente con una panda de cinco amigos. Las chicas de Telcel se pasan el día en la zona de aficionados posando con su sonrisa puesta. “Este año parece que hay aún más gente”, dice Jennifer, una extremeña que vive en México y trabaja estos días de azafata. Y tiene razón porque el GP de México ha logrado convertirse en el gran evento anual del país. Este año un total de 339.967 aficionados han vivido el gran premio por los 336.174 de la pasada temporada. En 2015 hubo 89.365 el viernes, 111.964 el sábado y 134.845 el domingo mientras que este año han sido 91.243 la primera jornada, 113.698 vivieron la lucha por la pole y 135.026 la carrera.

Entre los asistentes, como no podía ser de otra manera, caras conocidas como Serena Williams, Carles Puyol o Miguel Bosé, presente ayer en la parrilla rodeado de las autoridades de la ciudad y el país mientras aviones del ejercito dibujaban la bandera de México en el cielo y un coro de indígenas de Chiapas cantaban el himno de la nación.

En los alrededores mariachis, lanzadores de cintas, luchadores con sus mascaras y todo lo más típico de México para dar color al mejor gran premio del año en ambiente después de celebrarse ya en dos ocasiones tras su regreso. Como embajadores Emerson Fittipaldi y Jo Ramírez además de Carlos Slim, padre e hijo, que paseaban orgullosos y sonrientes por la parrilla. Es para estarlo, su gran apuesta, el retorno de la F-1 a su país es todo un éxito.

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