Lo sabía antes de empezar. Que no iba a dar ni una vuelta y a boxes, pero Fernando Alonso tomó la salida en el GP de México, a pesar de todo. Este año llega tras un quinto puesto en Austin y muchas ganas de comprobar la supuesta mejora del McLaren Honda.
“El año pasado llegamos al Autódromo Hermanos Rodríguez con muchas dudas y relativamente poca información sobre cómo se comportarían los coches en el circuito modificado. Es un circuito que plantea desafíos distintos a los vistos en otros lugares por el compromiso entre tener buena carga aerodinámica en las zonas rápidas y un buen equilibrio del coche en las zonas más viradas como la del estadio”, cuenta en el comunicado de prensa de la escudería.
Y habla de los elementos clave: “Después está la altitud, que afecta al rendimiento de por sí. Será difícil juntar todos los elementos para sacar la mejor vuelta, pero tengo ganas de comparar el lugar en el que está nuestro conjunto en comparación con el año pasado”. Y deja claro que lo primero será terminar: “Dada la dureza de la carrera en nuestro coche, espero que podamos tener buena fiabilidad y disfrutar de un mejor resultado en pista y sacar el máximo partido al apoyo de la afición».
Eso sí, para Fernando llegar a un circuito de habla hispana fuera de nuestro país y encontrarse en la capital mexicana fue especial: “El apoyo recibido el año pasado en Ciudad de México fue de los mejores de todo el año, así que todo el equipo tiene ganas de volver por segunda vez a este famoso circuito. La pasión de los fans realmente nos anima a los pilotos y, pese a no tener un buen fin de semana el año pasado, lo recuerdo como uno de los mejores momentos del año porque la experiencia en sí fue genial”.