Con nostalgia de tiempos mejores, cuando hacía poles con una sola vuelta y mirando las pantallas mientras Fernando Alonso se volvía loco intentando sacar una décima al Ferrari aquel. Pero solo eso, nostalgia. Y deseo. De otro coche, pero de calle. Así estaba Sebastian Vettel en pleno paddock de Austin, con Christian Horner y Adrian Newey, dos de los causantes de aquel tremendo éxito de los cuatro títulos consecutivos del alemán.
No tardaron las especulaciones sobre un posible retorno del tetracampeón a Red Bull en un momento en el que Arrivabene no parece dispuesto a renovar su contrato tan fácilmente. Pero Helmut Marko se encargó desde ese mismo paddock de desmentir cualquier posibilidad. Y es que Seb quería un coche de Newey, pero no el de carreras.
“Sebastian quiere comprar uno de los Aston Martin que Adrian ha ayudado a desarrollar y estaban hablando de las prestaciones de ese coche”, explicó el austríaco y hombre de Dieter Mateschitz, el dueño de la bebida energética, en los grandes premios. Habla del hypercar que ha preparado el diseñador junto a Aston Martin, un coche de algo más de tres millones de euros y que supera los mil caballos de potencia gracias a un motor V12 atmosférico.
Ha sido interesante ver a Newey en este circuito porque el mago de la F1 ya no viaja a las carreras desde hace tiempo, sin duda involucrado en ese proyecto. Según Marko, a partir de ahora su tiempo estará al cincuenta por ciento dedicado a diseñar el monoplaza de Red Bull de la próxima temporada, un nuevo reto para el británico en una época de nuevas normas en la competición, algo en lo que suele acertar. Habrá que estar muy pendiente del nuevo coche de Red Bull para 2017 y su evolución, recordemos que este año empezaron luchando con Toro Rosso y han acabado peleando las carreras a Mercedes.