SANTO DOMINGO. Es sábado, poco antes de las 2:00 de la tarde del 17 de septiembre 2016. James Sherwood y Danielle Ryan, una joven pareja de cineastas y buzos australianos, se disponen a bucear en el Parque Nacional Submarino La Caleta. Llueve levemente, lo que no impide que los experimentados buzos disfruten de su primer buceo en costas dominicanas.
Están en el país como invitados internacionales para la Muestra de Cine Medioambiental organizada por DREFF (Funglode), donde presentaron dos documentales filmados en su natal Australia. La mañana de ese sábado habían participado en el Día Internacional de Limpieza de Costas, junto a muchos otros voluntarios en una playa de Santo Domingo.
Se sienten emocionados de bucear y poder filmar material para un proyecto cinematográfico que tienen en marcha, quieren saber qué tiene el país para ofrecer como destino de buceo.
Luis Manuel Velasco, mejor conocido como Morenito, es quien lleva en una yola a los dos buzos dentro del parque. Morenito tiene muchos años dando el servicio a buzos en La Caleta y ese día parece ser como cualquier otro.
El biólogo marino Omar Shamir Reynoso, quien acompaña desde Santo Domingo a la pareja, permanece en tierra sin decidir si buceará con ellos en los siguientes minutos, ya con el traje de neopreno piensa alcanzarlos en otra yola si el clima mejora.
Todo parece normal y los dos buzos hacen su primera inmersión en aguas dominicanas, bajan a 70 pies y hacen un recorrido por los arrecifes. Sherwood es un “dive master”, como se le dice a los buzos más experimentados, y se mantiene a poca distancia de su pareja mientras la filma entre los corales.
Pasan cerca de quince minutos y Sherwood siente que algo está mal, le falta el aire y se siente mareado. En ese momento piensa que es un problema con su equipo de buceo y decide rápidamente nadar 16 pies hasta donde se encuentra Danielle para respirar de su regulador de aire secundario, un procedimiento de rutina en caso de fallas en el sistema de aire de un buzo.
Mientras nada, revisa el nivel del aire en el tanque y se da cuenta de que está dentro de lo normal, le hace señas a Danielle, quien entiende rápidamente que hay un problema y le pasa el regulador. James trata de respirar y se le hace cada vez más difícil, sabe por experiencia que está en problemas y debe decidir inmediatamente cómo solucionarlo.
Trata de mantener la calma, pero siente que va a perder la conciencia y decide hacer una maniobra muy peligrosa pero necesaria, salir lo antes posible a la superficie y pedir ayuda urgente.
Danielle sabe que es peligroso y lo sujeta para tratar de impedir que suba de golpe, pero James sabe que si no lo hace podría ahogarse, ambos suben lo más rápido posible a la superficie.