En cárcel de hombres policía de EE.UU. dijo a exregidora: "Suerte si te veo viva mañana"

SANTO DOMINGO. Este cuatro noviembre se cumplirán tres años del apresamiento en el Aeropuerto Internacional de Miami, de la dirigente reformista y exregidora de la alcaldía de Bonao, Fiordaliza Pichardo, quien fue arrestada bajo la acusación de posesión de cocaína, y encerrada en una prisión de hombres porque supuestamente descubrieron que tenía órganos sexuales masculinos.

Tras una experiencia que Pichardo describe como una “pesadilla”, y que hasta ahora no ha podido olvidar, esta semana decide emprender una acción legal en contra los responsables no solo de hacerla vivir ese momento, sino de poner su vida en riesgo.

En una entrevista concedida a Diario Libre, la exregidora del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) Fiordaliza Pichardo, ofreció todos los detalles de lo ocurrido desde el instante en que fue detenida en Miami y lo que ha hecho para intentar superarlo.

P. ¿Cuál fue el motivo de su visita a Miami?

R. Fui al parto de mi hija a quien ya se le estaba aproximando la fecha del parto y no puede estar en el recibimiento de mi nieto porque fui detenida en el aeropuerto de Miami. Eran alrededor de las 11:30 de la mañana.

P. ¿Qué pasó luego de la detención en el aeropuerto de Miami?

R. Me preguntaban dónde estaba el cargamento que yo había llevado a los Estados Unidos, yo les decía: de qué me hablan, pero ellos insistían, cuando ya no hubo más de tanta presión e insistencia, yo les pedía de favor que me dejaran comunicar con mi familia, y me lo negaron en principio. Yo decía que no se la iba a entregar mi maleta porque no tenía confianza. Luego me permitieron ver al esposo de mi hija, entregarle mi equipaje y mi cartera.

De ahí se fueron conmigo a un lugar donde creo que amanecí.

P. ¿A qué lugar exactamente?

R. El nombre no se lo puedo decir, yo sé que es un recinto de ellos. Imagínese a usted no lo entran como un invitado, usted no sabe por dónde entran ni dónde lo llevan. Ahí pasé la noche y parte del otro día en una silla. Al otro día salen conmigo en un vehículo y ahí llego a ese lugar, a una cárcel con 40 reclusos.

En la cárcel uno de los reclusos me decía: tengo que ayudarte, aquí han violado hombres. Aquí han pasado muchas cosas, no sé por qué te trajeron aquí. Recuerdo que le di un número y él sin que se dieran cuenta se acercó a un teléfono y se comunicó con su esposa y le dijo: llama a este número y di que aquí está esa mujer, pero al parecer la esposa no le prestó atención porque no le creía.

Yo me acercaba a los guardias, les decía que yo era una mujer, que porqué me hacían eso. Que hicieran algo. Y lo único que me dijo una policía en español: suerte si te veo viva mañana.

Yo decía: qué es esto, qué es lo que está pasando. Si me quería acercar al baño no podía entrar porque estaba lleno de hombre, ese es su hábitat, ahí ellos se desnudan, se bañan y hacen todo.

P. Pero antes de llevarla al centro de reclusión, según informes que he leído, a usted le hicieron un examen médico

R. No. A mí sí me lo hicieron posteriormente, luego de que ya se había descubierto por mi familia, a través de un abogado que ellos (la familia) contrataron de que yo estaba en una cárcel de hombre, de donde ellos (agentes federales) me negaron todo el tiempo. Decían que yo no estaba. Posteriormente alguien le anotó a mi hija en un pedacito de papel que yo estaba en ese lugar. Yo no tenía forma de comunicarme.

Me sacaron muchas fotos desnuda, cosa que nunca voy a olvidar, porque fue una tortura, tener que desnudarme ante ellos. Sacaron todas las fotos como les pareció.

P. ¿Qué tiempo usted duró en la cárcel?

R. Si le digo le miento, sé que pudo ser un día, talvez menos. Yo entré y no sabía si era de día o de noche. Solo estaba en pánico, en un estado de desesperación donde decía: ¡me van a violar y luego me van a matar!

P. ¿Algún recluso intentó abusar de usted?

R. La morbosidad nunca faltó, porque ante los ojos de los demás soy una mujer. Es decir, no había la duda ante ningunos. Recuerdo que en un momento me estaba quedando dormida, esto no lo había dicho a nadie, ya el cansancio me vencía -continúa- del lugar que le dije que estuve y donde no quería dormir pero me fui como quedando en un lugar en una camita y cuando despierto, estaba con un hombre al lado.

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