SANTO DOMINGO.Tras cuatro años de gestión pública del presidente Danilo Medina no se le ha dado cima a una efectiva política de seguridad ciudadana que garantice la vida de todo aquel que se desplace por calles y avenidas o dentro de sus negocios o moradas.
Si se separan los discursos y declaraciones de propósitos de la realidad es fácil concluir en que las políticas esbozadas aún no dan resultados y que el problema de la criminalidad parece desbordar a las autoridades policiales.
En su discurso de juramentación del pasado 16 de Agosto, el presidente Medina reiteró que la seguridad ciudadana es prioridad en su nuevo mandado, para garantizar la paz de la familia dominicana.
Citó que en los primeros cuatro años de su gestión se adoptaron una serie de medidas para mejorar la seguridad ciudadana, entre las cuales mencionó el nuevo marco legal de la Policía Nacional, cuya Ley Orgánica fue modificada; la puesta en funcionamiento del sistema 9-11, la Ley de Porte y Tenencia de Arma de Fuego y la instalación de cámaras de vídeo en calles y avenidas.
También se ha hablado de una Policía Comunitaria y de retirar los agentes que están fuera de la institución realizando actividades privadas, y de hacer una exhaustiva investigación de los que van a ingresar a la Policía para impedir que se cuelen personas con mala conducta.
Primer Gobierno
En su discurso de toma de posesión del 16 de Agosto de 2012, Medina manifestó que tiene un compromiso “con la vida y la seguridad de nuestros hombres y mujeres”, que no quiere un pueblo con miedo de salir a las calles y que no desea que los jóvenes pierdan la vida para despojarlos de cualquier baratija.
Expuso que se mejorarían los salarios y los servicios de seguridad social de los agentes policiales y que serían dotados de equipos y formación especializada para dar mejor respuesta de protección a los ciudadanos.
Se puso en agenda el programa Vivir Tranquilo para fortalecer los mecanismos de vigilancia policial en barrios con altos índices criminalidad y el apoyo al Observatorio de Seguridad como centro de recepción de información para construir un mapa de la criminalidad.