Poco entusiasmo ayer en el Día de los Padres

SANTO DOMINGO. La celebración ayer del Día de los Padres fue tímida si te toma como parámetro la compra de regalos en los principales establecimientos comerciales y la asistencia de parientes a los cementerios.

La comparación con la celebración del Día de las Madres era inevitable sobre todo en la opinión de varones, que algunos sin reconocer los méritos de las féminas, lamentaban el poco entusiasmo en las calles y la baja asistencia en los cementerios.

En las tiendas las ventas estaban como de costumbre, dijo un empleado de una tienda para caballero en una famosa Plaza de la capital, sin embargo al lado, uno de los vendedores dijo que sí se había registrado un ligero aumento, pero nunca comparado con el Día de las Madres.

En otros establecimientos comerciales la presencia de compradora era mínima y en algunos casos nula, a pesar de que en algunas habían ofertas de un 30 a un 50% de rebaja en los precios de mercancías. Lo que sí se veía era padres con hijos caminando por los pasillos de las plazas.

Tampoco en los cementerios había muchos visitantes. En el Cristo Redentor próximo al medio día se formó un tapón de casi tres kilómetros, pero al llegar al cementerio no eran tanto los vehículos que transitaban por la polvorienta calle central y las colaterales.

El equipo de Diario Libre se tomó cerca de 40 minutos por la avenida Monumental para llegar al cementerio desde la República de Colombia. En cambio en el necrópolis de la avenida Máximo Gómez las visitas eran como un domingo con y corriente, excepto una mayor presencia de ofertantes de flores.

Los vendedores de velones y flores, los limpia tumba y otras personas que se ganan la vida en los camposantos, también fueron un termómetro para mediar la baja asistencia y baja efervescencia .Esos comerciantes y chiriperos, en su mayoría, expresaron que “las ventas estaban flojas”, que eran muy pocas las personas que visitan los cementerios.

Deploraron que tuvieran competencia desleal con la Funeraria Blandino que regalaba velones y una rosa a los visitantes a la entrada de los cementerios del Estado del Gran Santo Domingo y que por esa razón muchos no les compraban.

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