Por Reynaldo Peguero
La ciudad atraviesa por la peor crisis de basura de los últimos 25 años. El gobierno local se queja de falta de recursos y gimen los recolectores privados muchos de los cuales consiguieron contratos leoninos. Ninguno lleva razón. Las transferencias anuales del Estado al Ayuntamiento de Santiago alcanzan los 902.5 millones. La ley 166-03 impone que de este monto se gaste en servicios un 35%, que es lo mismo que 26.3 millones de pesos mensuales. Pero, si consideramos los arbitrios (impuestos locales) que se recaudan de la ciudadanía por el servicio de recolección de residuos, el monto es 10.5 millones de pesos mensuales. Sumando ambos ingresos sabemos que los órganos financieros coordinados por el Alcalde de Santiago, manejan al menos 36.8 millones de pesos mensuales para el servicio de la basura y otros servicios conexos.
La verdad sea dicha, para la magnitud poblacional y territorial del municipio de Santiago esta cantidad resulta insuficiente. Sin embargo, si estos recursos se utilizan con racionalidad pueden aportar un confiable, permanente y sólido volumen monetario que serviría para impactar inicialmente el problema. Parece que muchos administradores del Ayuntamiento de Santiago en los pasados 15 años no saben que uno entiende lo obvio: si no se ha podido organizar nada serio con los residuos sólidos, es porque estos 36.8 millones son verdaderamente un botín de corso para muchos socios de las diferentes gestiones municipales.
Este atractivo financiero mensual parece tan seductor para hacer negocios de influencias, que hasta ahora ningún Alcalde ha lanzado como debe hacerse, una seria campaña para convencer los santiagueros de elevar significativamente los arbitrios de la basura, ni tampoco para solicitar transferencias especiales del Gobierno nacional al Ayuntamiento. Creemos que la seria gestión inteligente de residuos en Santiago de los Caballeros, la metrópolis mediterránea más importante del Caribe, es hoy trascendental y vital.
Este volumen financiero de recursos mensuales permite valorar mensualmente el Ayuntamiento y su qué hacer. Muchos políticos pretenden caer en confusión; “disque” no leen bien las ordenanzas municipales, tienen un “cuidadoso celo” de los bienes públicos y por eso deciden impedir de manera abierta como acaba de pasar del 2010 al 2016, que un órgano público-privado, creado por el Ayuntamiento, como la Corporación de Aseo Municipal de Santiago (CASA), pueda recibir estos 36.5 millones de pesos mensuales. Nunca CASA pretendió administrar esta transferencia millonaria, sino que se hiciera un programa concertado de trabajo con la gestión de estos y nuevos fondos que se necesitaren.
CASA no fue diseñada para apropiarse de los escasos recursos del Ayuntamiento, sino para contribuir a una mejor gestión como hace falta hoy. CASA es una estructura de servicio público, sin fines de lucro, que tiene naturaleza jurídica mixta (pública-privada), personalidad jurídica, patrimonio propio y duración ilimitada. Fue creada por el mandato de la Ordenanza Municipal No. 2748-06 para gestar el Sistema de Gestión Integral del Aseo Municipal de Santiago. CASA nunca ha sido comprendida por muchos genios de la gestión municipal, que pretenden dizque administrar con “transparencia” estos 36.5 millones de pesos mensuales de los bienes del pueblo, administran pésimamente este capital y la ciudad siempre está sucia.
El Ayuntamiento de Santiago se comprometió institucionalmente a trabajar en conjunto con sectores sociales y empresariales tales como la Asociación de Comerciantes e Industriales, la Asociación para el Desarrollo, la Cámara de Comercio, la Asociación de Industriales de la Región Norte y el Consejo Desarrollo Estratégico de Santiago, para garantizar la viabilidad de CASA y establecer, operar y hacer sostenible el sistema de gestión de residuos. Con el aporte de CASA, Santiago hizo una contribución para que el Ayuntamiento se concentrara en hacer mucho más, con los críticos recursos que maneja.
Son muy pocos los Ayuntamientos de América y Europa que operan residuos y desechos exclusivamente desde un departamento. La Agencia Española de Cooperación (AECID) evidencia que una de las cuestiones con mayores potencialidades de éxito es la tercerización y las concesiones de servicios municipales; siempre y cuando se tengan planes racionales de gestión y se respeten las leyes
He visitado organismos similares a CASA en al menos cinco ciudades latinoamericanas. No sé qué fórmulas exitosas tienen algunos gestores municipales que al inventar nuevos abordajes terminan en el cadalso de la derrota. La basura es la causa de capitulación de muchas opciones políticas. Señores CASA es un organismo para coordinar la ejecución del plan de gestión integral de limpieza y eficientizar las operaciones de la cartera básica de provisión de servicios. Si CASA se creó vía ordenanzas municipales como entidad municipal público-privada con estatutos y mecanismos, entonces que se respete la ley y se ponga en funcionamiento CASA, con directiva y presidencia en funciones. Si la Alcaldía tiene dudas de este proceso que asuma entonces la presidencia de su Junta Directiva. Pero es la Corporación de Aseo que debe liderar el sistema, quitándole así una gran presión social y política al Ayuntamiento.