Por Kelvin Peralta Madera
En este mes de julio salió al mundo la aplicación de juegos móviles “Pokemom Go” y con ella toda una oleada de acontecimientos, entre ellos, la caída del sistema de las redes de internet en la ciudad de Nueva York cuando miles de seguidores de Pikachú y todos estos seres fantásticos se aglomeraron en Central Park a buscar a estas criaturitas, y fue tanta la utilización de las redes que colapsó el sistema por unas horas. El juego consiste en fajarse a buscar de un lado a otro en localidades reales, Parques, monumentos, cementerios, sitios públicos o cualquier lugar para encontrar cualquiera de las 151 criaturas o dibujos animados del juego y por ello ganas puntos, debes defenderte, atacar, etc., esto para que tengas una idea general del juego. Lo interesante de este fenómeno de combinación de la realidad con lo imaginario y GPS es que ya está siendo objeto de investigaciones serias a nivel sociológico, sicológico y otros factores por la euforia que causa en el comportamiento de los seres humanos. Accidentes, violaciones a las leyes y otras situaciones se han presentado por el jueguito este. En Alemania se reportan accidentes de tránsito por descuido de los usuario del teléfono que se distraen, estaciones de policía abarrotadas en España, la gente buscando los benditos Pokemon; en fin, todo un desastre a nivel mundial que no escapa a nuestro país, donde las noticias corren como rayo a través de las redes sociales y actualizarnos en este sentido no nos daría mucho trabajo; de hecho, la prensa ya reseña casos de jóvenes dominicanos en la Zona Colonial buscando los personajes de Pokemon. Imaginemos pues la versión dominicana de Pokemon, definitivamente que en caso de que hicieran versiones por país tendríamos en Santiago la gente loca en el Monumento buscando a estas criaturas, el Parque Colón o la Plaza Valerio y porque no, por supuesto en los Cuarteles de la Policía; las localidades que al parecer vienen pre establecidas en el juego deberían diseñarse para que tengamos Pokemon entre frituras, centros de cerveza o colmadones. Es evidente que vendrían los Pokemon con sus chancletas para que estén más cómodos en el trópico, y como se está volviendo usual en el mundo, pues tendríamos espectadores de los jugadores para verlos correr de un lado a otro como locos detrás de estos muñequitos lanzadores de fuego, aire y agua.
Pokemon en Chancletas sería un éxito y no escaparíamos a la realidad que trae consigo ese juego a nivel mundial, salvo una que otra cosa que son inconcebibles en esta tierra. Y por supuesto, sería una excelente distracción mediática que aprovecharían algunos para tratar de que olvidemos un poco la ola de delincuencia y criminalidad que nos arropa y los asuntos pendientes de las autoridades para devolvernos la Paz que merecemos. ¡Pan y Circo Pokemon!