SANTIAGO. El ministerio de Medio Ambiente con asiento en esta ciudad informó que retiraron decenas de casetas y tarantines de comerciantes informales de las vías públicas por violar las leyes municipales y del urbanismo local.
Eduardo Rodríguez, subdirector de la regional norte del ministerio de Medio Ambiente, indicó que el problema se estaba convirtiendo en inmanejable y afeaba completamente la ciudad.
“Antes teníamos la fama de que Santiago era la ciudad más ordenada y limpia, pero ahora hace unos meses que eso pasó de moda y lo que teníamos era una comunidad arrabalizada, llena de basura y muchos obstáculos en las calles y avenidas”, declaró a Diario Libre Rodríguez.
Precisó que con la eliminación de las casetas de las vías públicas se procura devolverle el esplendor que tenía la ciudad, proteger áreas verdes y liberarle las vías a los transeúntes.
No obstante, varios de los dueños de casetas afectados por las medidas de Medio Ambiente y la procuraduría fiscal de Medio Ambiente, alegaron que estaban operando de manera legal, porque pagaban impuestos a la Alcaldía.
“Cuando vinieron a llevarse mi caseta le mostré los recibos semanales que le pagaba a los inspectores del Ayuntamiento, y ellos dijeron que eso no tenía valor”, expresó Manuel Santana, vendedor de frutas en las inmediaciones del parque Duarte.
Mientras que Héctor Rodríguez denunció que no le permitieron construir una caseta para instalar un taller de herrería en el sector los Alamos, al este de la ciudad.
Dijo que los inspectores de Medio Ambiente y los militares le acusaron de haber invadido unos terrenos para instalar el negocio, cuando no era cierto, ya que le compró al propietario un total de 300 metros por 450 mil pesos.
Mostró los recibos de Planeamiento Urbano y de tesorería del Ayuntamiento local.
Rodríguez declaró que el taller que instalará está entre las calles 50 y 60 de la urbanización Los Alamos, donde funcionan otros cuatro negocios similares al suyo.
Contaminación
Por otro lado, Eduardo Rodríguez informó que unos sesenta asentamientos humanos construidos en los alrededores de varias cañadas contribuyen a la contaminación de las aguas del río Yaque del Norte.
“Es necesario que las instituciones del Estado enfrentemos conjuntamente con las autoridades municipales esta situación, ya que debemos evitar hacer más daño al Yaque del Norte”, puntualizó Rodríguez.