La Fórmula 1 visita este fin de semana Hungría, un territorio de inolvidables recuerdos para Fernando Alonso. El piloto español logró en el año 2003, su primera victoria en la Fórmula 1. Fue la primera piedra de una carrera llena de éxitos, que tocó su punto más álgido en los años 2005 y 2006 con los campeonatos del mundo.
Justamente en el año 2006, Alonso realizó una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en la historia de la Fórmula 1 que tuvo un ingrediente anecdótico: una tuerca. Tras recibir una sanción de dos segundos por parte de los comisarios tras realizar una conducción temeraria contra Robert Doornbos y no obedecer una bandera amarilla, el actual piloto de McLaren Honda se vio relegado hasta la 15º posición de la parrilla de salida.
El piloto español debía remontar en carrera, ya que su máximo rival por el campeonato, el alemán de Ferrari Michael Schumacher, partía en 12º posición con un monoplaza que en carreras anteriores se había demostrado más veloz que el Renault del asturiano.
Por si fuera poco, la lluvia hizo acto de presencia en la pista húngara para convertir la carrera del GP Hungría 2006 en una de las mayores gestas incompletas. Inacabadas porque en su segunda parada en boxes, una tuerca se interpuso en el camino de Alonso y Renault, que anteriormente habían remontado hasta la primera posición con una autoridad apabullante, llegando incluso a rodar en la vuelta 25 con 40 segundos de ventaja sobre el segundo.
“Fernando fue no tuvo rival en todas las condiciones. Su primera vuelta fue fabulosa, absolutamente increíble”, reconocería después Pat Symonds. Aquel día, Fernando Alonso se disfrazó de su ídolo Ayrton Senna sobre el asfalto mojado de Hungría. Fue como Donington 1993. Pero sin victoria.