SANTO DOMINGO. En noviembre del 2015, el municipio de Las Matas de Santa Cruz, que pertenece a Montecristi, sintió alivio al saber que iba a contar con un hospital de lujo para atender las necesidades de salud de los moradores de este sector y de zonas aledañas, como Guayubín , Castañuelas, Gazuela, Santa María, Carnero, Palo Verde, entre otras. Sin embargo, el hospital que desde afuera parece de lujo, por dentro no es más que una caja vacía.
El centro médico está ubicado específicamente en la calle Antonio Estévez y pertenece a la red regional de salud Cibao Occidental, R-VII. Desde noviembre del 2015 hasta la fecha no tiene presupuesto destinado y no cuenta con un personal completo y los empleados que posee trabajan de gratis porque todavía no se les paga.
El local cuenta con 18 habitaciones, de las cuales solo 5 tienen camas. Las demás están vacías. Se identifica que son de internamiento por el letrero en el pasillo.
Dentro hay una farmacia interna, área de partos y cirugía, perinatología, todas vacías, sin equipos médicos. A esto se le suman los problemas de filtración en toda el área de postparto, y cirugía general, tienen un constante goteo del techo, de la tubería del aire acondicionado
El centro asistencial también posee una cocina, comedor, lavandería, sin agua y sin detergente. El diputado saliente del municipio, Rafael Abel, donó la lavadora, la nevera y la estufa. La cisterna está sin agua, y la planta está sin gasoil. El área de recién nacidos, tiene apenas 6 camitas. Las mujeres embarazadas paren en Castañuelas o en Guayubin, por la falta del equipamiento del hospital.
“Un hospital sin área de psicología y psiquiatría. No existe el espacio físico para atender a los pacientes con esas necesidades, pese a que hay especialistas en la provincia que podrían dar un buen servicio, en caso de que se habilite un espacio”, expresó Darisa Pimentel, egresada de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
El equipo médico lo componen 9 enfermeras, un sonografista, un pediatra y médico general, un internista, un cirujano prestado, porque tanto Castañuela como Montecristi lo necesitan y, además, porque las salas de cirugía no están equipadas. También cuenta con un área administrativa.
El doctor de turno, Junior Soto Infante, médico general y quien es el de más permanencia en el hospital, dice que si no fuera por la vocación de servir y curar, no se imagina qué hubiera hecho. Relató que nunca ha recibido un pago por su trabajo a pesar de que cumple horario, ha tenido que atender a pacientes a oscuras, por falta de luz y combustible. Han tenido que dejar de atender a otros por falta de catéteres, algodón y jeringas.
Hasta el momento se están dando consultas los martes y jueves de pediatría y ginecología. El médico de turno en emergencia se las arregla con lo que tenga a mano para atender a los pacientes durante la semana, según explicó el doctor Infante.
“Que quiten el aire acondicionado, los sistemas de oxígeno que han instalado y que me lo cambien por medicamentos, eso prefiero” dijo el doctor Soto Infante.
El horario está dividido. Cada cinco días, hay un doctor que trabaja 24 horas.