Por Leonardo Sanchez
Cuando se advertía que, luego de declaraciones previas, el gobierno dominicano iba a otorgar otra prorroga a los portadores de los carnets emitidos a los ilegales indocumentados haitianos, que se estaba violando la ley no se conocía que era por unos pesitos más
Por una bicoca que se gasta como si nada en una reunión del Sanedrín Político, o en el restaurant del congreso y se gastó en mayor cuantía para traer la ignominia que representó recibir a la infamante OEA para hacer un sainete vacuo de arrepentimiento ajeno, tratando de comprar prestigio también ajeno.
Un gobierno, y un partido que lo respalda, que no escatiman gastos para darse la gran vida, ahora, con la excusa de evitar el gasto de unos pesitos, bajan la cabeza y dejan de cumplir la ley que manda a deportar a todos los que no se acogieron al Plan Nacional de Regularización.
Un plan, de por sí ilegal y claudicante ante las presiones de un país que decidió solucionar sus problemas con el presupuesto de los dominicanos.
Y para ello cuenta con el máximo apoyo de las potencias mundiales responsables del desastre de aquella sociedad. -Lo repetimos como una longaniza-
Y, por mantenerse en el poder y no perder su USA Visa, siguen vendiendo la dignidad y el honor de la nación dominicana que, cada día, ve menguarse sus derechos ante unos indocumentados ilegales que agitan la bandera de la apatridia.
Una apatridia que se produce en su país de origen, mientras “la comunidad internacional” mira hacia otro lado, y gasta las “ayudas” en tertulias y burocracia hueca” hablando pamplinas.
Y para que esos indocumentados ilegales, que tienen su país porque han nacido en él, dejen de agitar al viento de los medios de comunicación su sucia bandera, los dominicanos tenemos que sacrificar nuestro presupuesto para darles documentos, trabajo, salud y educación que su país no les dio ni se los dan los interventores de la ONU.
Y el miedo a las represalias de los poderosos, hace que seamos tan buena gente que terminemos siendo cogidos de pendejos. Los pendejos que pagan los platos rotos.
Y el primer pendejo, es el presidente dominicano que no ha tenido el valor de defender sus propias palabras, emitidas en Cuba, de defender nuestra constitución y realizar las deportaciones de los ilegales indocumentados, sin importar las banderas que exhiban y agiten al viento.
Y su mayor pendejada ha sido el Plan Nacional de Regularización del miedo.
Después de gastar los millones de pesos que han gastado, en lugar de iniciar las deportaciones de los que no cumplieron, por las razones que fueran, y que no son atribuibles a la República Dominicana, entonces se destapan con que su falta de valor para cumplir las leyes, es para evitar gastos.
El asunto no es gastar o no gastar. Cuando decidieron gastar en el plan de regularización, ese enorme gasto, no fue óbice para tomar esa decisión, y la tomaron porque podían.
Porque detentaban el poder y el miedo. Y la falta de honor y dignidad no lrs importaba.
Y ahora, el mismo miedo, determina que sigan violando la constitución.
Ese “pedazo de papel”, que ha sido tan zarandeado por los intereses de los políticos pragmáticos, que no sirve ni para limpiarse el culo.
No Monchy, no tiene usted que temer gastar nada.
Solo debe iniciar las deportaciones, sin negociación, porque la sociedad haitiana que dirige sus iniciativas contra nuestra nación, no ha parado mientes en acusaciones y despropósitos contra los dominicanos.
Y ellos no tienen miedo porque cuentan con el embajador del miedo, ese al que ustedes, Danilo y usted, entre tantos otros, tanto le temen. Se burlan en privado del “mariconcito ese”, pero no se atreven a evitar su influencia sobre las deportaciones y los controles fronterizos.
Y, los haitianos también, cuentan además con el miedo de ustedes, los verdaderos pendejos que cogen de pendejos a toda la sociedad, mientras la bandalizan con su corrupción que arrebata las oportunidades y promueve la inseguridad.
Y ahora, usted, viene a decir que los plazos se extienden ¡para evitar gastos!
Sabiendo usted que no tiene que gastar nada en regularizar ilegales.
Ya ha sido demasiado lo que se ha gastado, pero también ha sido demasiado lo que se ha cedido ante las presiones para absorber los cientos de miles de ilegales indocumentados que, todavía hoy, ahora mismo, siguen cruzando la frontera porque saben que ustedes tienen miedo.
Porque es ¡El Rayo que no Cesa!
Los animales de presa huelen el miedo, igual que huelen la sangre, por la feromonas que se emiten. Y las de ustedes tienen inundado el país.
Y no, señores del gobierno, no es momento de seguir siendo transigentes con la ola de extranjeros, mientras se es extremadamente intransigente con los locales.
Es hora de echarse los cojones al hombro y tomar las decisiones que el miedo a perder el poder ha impedido que se tomen.
Tiempo de demostrar que somos un estado independiente y que aplicamos la ley de migración como hacen los islotes del Caribe que deportan a los haitianos sin importar lo que digan los cónsules y embajadores del miedo.
Ustedes han tenido el valor de robarse unas elecciones, con todo un cardumen de tiburones podridos y no han eructado.
Y ahora, por unos pesitos más o menos, dicen que extienden un proceso que, si ustedes tuvieron gónadas, ya hubiera terminado con la aplicación de la ley.
Sin más cuentos para dormir pendejos.
No es el dinero, es el miedo que limita el valor.
Pero ustedes no tienen ese valor.
Ergo.