Por Juan TH
Un presidente y un partido que no inviertan lo necesario en la salud y la educación de su pueblo no merecen dirigir los destinos de un país.
El principal recurso de una nación es su gente, no el oro, ni el petróleo. Un pueblo sin educación y salud, no progresa ni se desarrolla. Ningún país del mundo logrado el desarrollo sin educación ni salud. Significa, pues, que sin esos dos elementos no hay prosperidad, ni bienestar.
La sociedad civil junto, a los sectores políticos más progresistas del país, les arrancaron al PLD el 4% del Producto Interno Bruto para la educación luego de grandes jornadas de reclamos y luchas. Sin embargo, persisten las deficiencias porque el sistema no ha sido revolucionado y continúa la corrupción en el área.
En salud el PLD no gata menos del 2% cuando la media en países como el nuestro es del 5%. Costa Rica y Cuba, por ejemplo, invierten más del 10%, lo cual explica el avance extraordinario que han alcanzado en materia de salud pública.
Danilo y el PLD le niegan el 5% a la salud del pueblo, pero ese mismo 5% (alrededor de 150 mil millones de pesos) se lo garantizan a la corrupción todos los años. No hay dinero para la salud, pero si para los depredadores y desfalcadores del erario.
Los médicos, a través del Colegio que los agrupa, están reclamando mejores condiciones de trabajo (más y mejores hospitales, bien equipados y modernos), y salarios dignos que les permitan vivir decentemente junto con sus familiares. El gobierno les responde con amenazas, chantajes y represión. Los acusa de vagos, como si tuviera calidad moral.
En el gobierno hay dinero para las botellas, (miles de vagos políticos), chapeadoras, amantes, tránsfugas, oportunistas, diputados y senadores, alcaldes y regidores, (“y demás yerbas”), pero no hay para los pobres médicos. ¡Cuánta indolencia! ¡Cuánto abuso!
Los médicos forman un sector profesional en extremo delicado porque trabajan con la salud de las personas. En sus manos está la diferencia entre la vida y la muerte. Hablamos de humanos que atienden a sus semejantes, que se desvelan por ellos, que ríen cuando sus pacientes son dados de alta, pero lloran y sufren cuando mueren.
Un médico se forma profesionalmente después de estudiar diez, doce y hasta 15 años. Luego tiene que mantenerse al díapues la ciencia y la tecnología médica avanzan exponencialmente.
No es posible que después de tantos estudios y tantos sacrificios el Estado los trate como cortadores de caña o barrenderos, faltándoles el respeto.
Los médicos en los países “de verdad” ganan más de cinco mil dólares mensuales sin sumar los incentivos ni los planes de viviendas, seguridad social, exoneraciones, etc. En nuestro país los tratan como vasallos de la Edad Media.
Los partidos políticos, la sociedad civil, los sindicatos, las federaciones, el Colegio de Periodistas, el de los Abogados, los medios de comunicación (no las bocinas) tienen el deber de respaldar la lucha de los médicos por el 5% del PIB, aumento salarial (no menos de dos mil dólares mensuales para comenzar), seguridad social, viviendas, educación para sus hijos, entre otras reivindicaciones.
¡Salud para el pueblo! ¡Trato justo para los médicos!
¡Apoyar la lucha del Colegio Médico Dominicano, más que un deber ciudadano, es una labor patriótica!
¡Digámosles no al gobierno, sí a los médicos!