No están cumpliendo los plazos y eso les pone nerviosos. Mucho. Están demasiado lejos de su objetivo prioritario, disputar el título a Mercedes, todavía no se han estrenado en lo más alto del podio y han visto cómo Red Bull les ha pasado por la izquierda sin poder cogerles el rebufo. Así están las cosas en Ferrari, a un paso de tirar otra temporada por la borda. La próxima cita de Hungría será clave para considerar sus opciones en el presente Mundial y su presidente, Sergio Marchionne, se ha pasado por Maranello para presionar, aún más, a su equipo.
El máximo dirigente de la formación italiana ha querido conocer de primera mano lo que se cuece en su fábrica y la ha estado visitando a lo largo de esta semana según informan en ‘Motorsport’. Durante estos días ha mantenido reuniones clave con las altas esferas de la Scuderia para saber si el SF16-H tiene margen de mejora, sobre todo con los responsables de los departamentos de chasis y de aerodinámica, y si todavía está a tiempo de llegar a ser un coche ganador este año.
Marchionne está muy molesto viendo que no se están alcanzando los ambiciosos objetivos que se plantearon y podría hacer un nuevo movimiento de personal en su equipo. Sobre ello, en los últimos días se ha hablado de una posible destitución de Maurizio Arrivabene en sus labores en la jefatura de la escudería, pero desde Italia aseguran que su puesto no corre peligro de momento. Más vale que Vettel y Raikkonen salgan de Hungaroring con un buen resultado, sino un huracán podría llegar a Maranello y empeorar aún más las cosas.