Nefasto. Ese sería un buen adjetivo para definir el fin de semana británico para Ferrari. Tanto Raikkonen como Vettel acabaron en los puntos, pero muy lejos de donde querrían estar, de donde deberían, de Mercedes. Estuvieron a más de un segundo de ellos en la calificación y en carrera, acabaron por encima del minuto. No encontraron el ritmo entre las exigentes enlazadas de Silverstone y se atragantaron con el agua, llevándose un resultado que les aleja bastante de la lucha por los títulos, aunque no se rinden.
Con diez carreras disputadas, están a 62 puntos de Rosberg y a 131 de Mercedes en las dos clasificaciones, pero eso no les hace hincar la rodilla. «En la carrera fuimos rápidos, no lo suficientemente como para competir con Red Bull y Mercedes, pero no hay necesidad de entrar en pánico, es sólo un mal día», dijo un Vettel que la tomó con un periodista por sus críticas tras finalizar noveno y sancionado: «Siempre eres muy negativo, incluso cuando las cosas no van bien una o dos veces».
Su jefe, Maurizio Arrivabene, también sigue mintiendo la fe con las opciones de la Scuderia en el 2016, pero no oculta que deben mejorar varios aspectos para no tener que rendirse dentro de poco, sobre todo, los últimos problemas con la caja de cambios que le han costado a Seb dos sanciones: «No llevamos ni la mitad de la temporada, por supuesto que la lucha no ha terminado. Pero eso no oculta el hecho de que si queremos mantener este sueño vivo, tenemos que conseguir tener algunas cosas bajo control».
«No puedo responder a eso en detalle. Sin embargo, creo que es el material y espero que no sea el diseño básico», comentó sobre las causas de su falta de fiabilidad, y luego fijó el camino a seguir para volver arriba: «El primer objetivo debe ser una vez más poner a Red Bull detrás nuestra, sólo entonces podremos atacar a Mercedes. En Hungría sabremos dónde estamos y esta carrera ha sido la excepción. No nos podemos permitir otra derrota en Hungaroring». Deben reaccionar pronto sino quieren que sea tarde.